martes, 12 de enero de 2016

RETRATOS DE HOMBRES Y MUJERES QUE ENAMORAN

Cada época ha tenido sus propios cánones de belleza para hombres y mujeres, que han ido cambiando con el paso del tiempo. Juan Ruiz, el arcipreste de Hita, nos da en el Libro de Buen Amor descripciones de hombres y mujeres que representan los ideales de personas bellas en la Edad Media. Son descripciones físicas o prosopografías más que auténticos retratos y nos hablan de que para las personas del medievo ya era muy importante la apariencia (y no tanto el interior). Comparad los prototipos de belleza de la época con los actuales y sacad vuestras propias conclusiones.
Del protagonista de la obra, el personaje Juan Ruiz, conocemos su descripción a partir de las palabras de la alcahueta Trotaconventos cuando se dirige a la monja Garoza para convencerla del atractivo físico del arcipreste:

Retrato de Juan Ruiz
Dueña –dijo la vieja- yo lo veo a menudo:
es muy ancho de cuerpo, piernas fuertes, membrudo,
cabeza no pequeña, velloso, pescozudo,
el cuello no muy largo, pelinegro, orejudo:

las cejas separadas, negras como el carbón,
es erguido su andar, tiene aires de pavón;
muy firmes son sus pasos, y en buena dirección.
Tiene nariz muy larga, le falta proporción.

Las encías rojas y la voz grave,
la boca no pequeña, labios regulares,
más gruesos que delgados, rojos como el coral;
las espaldas muy anchas, las muñecas igual.

Sus ojos son pequeños, tirando a morenazo;
pectorales muy fuertes, muy fornido su brazo,
las piernas son perfectas; el pie, chico pedazo.
Señora, no vi más; su amor va en este abrazo.

Don Amor, otro personaje de la obra, da al arcipreste, desesperado por sus continuos fracasos amorosos, varios consejos para triunfar en sus aventuras amorosas. Entre otros consejos, le dice cómo ha de ser la mujer que le interesa. 


Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer
muchas cosas tendrás primero que aprender
para que ella te quiera en amor acoger.
Primeramente, mira qué mujer escoger.

Busca mujer hermosa, atractiva y lozana,
que no sea muy alta pero tampoco enana;
si pudieras, no quieras amar mujer villana
,
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.

Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillos no teñidos de alheña
;
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.

Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes
y con largas pestañas, bien claras y rientes;
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.

La nariz afilada, los dientes menudillos,
iguales y muy blancos, un poco apartadillos,
las encías bermejas
, los dientes agudillos,
los labios de su boca bermejos, angostillos.

La su boca pequeña, así, de buena guisa
su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa,
conviene que la veas primero sin camisa
pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa!

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