Hoy
los alumnos de 1º de Bachillerato del IES Medina Albaida de Zaragoza han mantenido un animado encuentro literario
con María Bastarós, una de las autoras jóvenes que más está dando que hablar en
el actual panorama literario. Esta actividad ha sido posible gracias a la campaña
de animación a la lectura de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.

En
primer lugar, tres alumnos han presentado a la escritora que, además, es
historiadora del arte y gestora cultural. Después han reseñado brevemente sus
obras: su primera novela, la galardonada
Historia
de España contada a las niñas, y sus dos obras enciclopédicas,
Herstory: una historia ilustrada de las
mujeres y
Sexbook: una historia
ilustrada de la sexualidad. Han comentado también su activa
participación en los medios de comunicación, por ejemplo, en el diario
El País
o en el pódcast
Derroteros de Carne Cruda. Por último, hicieron una breve
introducción del volumen de relatos
No
era a esto a lo que veníamos, escrito durante la pandemia.
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Cartel del encuentro realizado por Carmen Ramón
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A
continuación, María Bastarós ha tomado la palabra. En su exposición y en el coloquio
que ha mantenido con los alumnos nos ha descubierto diferentes aspectos de su obra
literaria. Su vocación de escritora despertó en la infancia y con sus
narraciones siempre se propuso explicarse el mundo y repararlo. Su escritura
nace a partir de imágenes y de intuiciones. Algunas de las preocupaciones que
desatan sus creaciones son la violencia, la alienación, la soledad o los
conflictos humanos, porque siempre trata de reflejar estados de
ánimo. Los personajes que tienen un deseo siempre desencadenan una historia. Y
esta siempre se liga a un territorio que la determina. Para alimentar la pulsión
de escribir, nos da un remedio: leer, leer y leer. Entre sus referentes
literarios se cuentan los narradores estadounidenses Raymond Carver o Lydia
Davis y la novelista española Sara Mesa. Por último, después de casi dos horas
de animado y fructífero coloquio, cinco alumnos de Literatura Universal le han realizado una entrevista en la que han seguido ahondando en algunas de las claves
literarias de la escritora.
Esta
actividad se ha completado con los textos que los alumnos escribieron a partir de la
lectura de tres relatos de No era a esto
a lo que veníamos, los titulados Hambre
de qué, Las chicas no y Amor. Los alumnos escribieron comentarios
críticos en los que comparaban los tipos de narradores elegidos, las
protagonistas femeninas, la ambientación y los desenlaces. Entre todos ellos,
muy acertados en general, destaco este de la alumna Daniela Borraz que plasma las impresiones de su lectura con mucho tino y criterio.
MARÍA BASTARÓS: NO ERA ESTO A LO QUE VENÍAMOS
Daniela Borraz

La lectura de los relatos de No era a esto a lo que veníamos de María Bastarós despierta múltiples sugerencias. En primer lugar, llama la atención el
empleo de protagonistas femeninas y, además, sin nombre propio. Todas las
protagonistas tienen en común el hecho de estar tratando de, o bien escapar de
su vida y realidad, o bien encajar en una nueva. En el caso de Amor, las
protagonistas tratan de escapar de la relación tóxica que tiene Sandy la
langosta y que posteriormente tiene otra de las amigas, ya que esta es un
peligro para todas ellas, como finalmente se observa. Por otro lado, en Las
chicas no la protagonista es una niña que, a pesar de las negativas de su
madre, trata de encajar en un grupo de chicos. Finalmente, el personaje
principal de Hambre de qué, es una mujer que atrapada en su rutina
consigue escapar de forma sobrenatural. Este escape ficticio es empleado por
María Bastarós para hacernos ver que, en la vida real, realmente es muy difícil
huir de estas situaciones. Me llama además la atención que la autora haya
escogido que los personajes no tengan nombre propio, haciendo ver así que esta
situación nos puede pasar a todas y no es única de una persona concreta.
En cuanto a los ambientes en los que
suceden los relatos, vemos que estos no están elegidos al azar por la
escritora. A diferencia de los otros dos relatos, Hambre de qué se sitúa
en una oficina en pleno centro de la ciudad. En este relato la autora aprovecha
la monotonía de la ciudad ("es un trabajo como cualquier otro, en un
edificio como todos los demás") para intensificar la rutina de la vida de
la protagonista. Los otros dos relatos se localizan en pueblos pequeños. En el
caso de Las chicas no, yo interpreto que el ambiente hace referencia al
estereotipo que se suele tener de que la gente de los pueblos tiene la mente
más cerrada y, por lo tanto, los chicos, al no haber visto más situaciones que
las que suceden en su pueblo, actúan influidos directamente por su entorno. Por
otro lado, Amor utiliza distintos ambientes para mostrar el cambio de
realidad que vive la protagonista. Aparte de situarse en un pueblo, la
protagonista habla de un viaje que realizó con la cara a Florida, y que al regresar de ese viaje fue cuando las
cosas se empezaron a torcer, mostrando así el paso de la felicidad, cuando
estaban de viaje, a la cruda personalidad del novio cuando regresan al pueblo.
En los relatos de Amor y Hambre
de qué aparece la figura del narrador en tercera persona. Es un narrador
externo que cuenta los hechos de forma subjetiva y aportando valoraciones:
"a poder ser no una de las giratorias", "inclinadas sobre esa
fantasía que más parece un intestino que una cara". En cambio, en Las
chicas no, podemos ver a un narrador interno en primera persona del plural,
representado por los chicos del pueblo que cuentan la historia que vivieron con
la protagonista. En mi opinión, la existencia de un narrador interno hace ver
la historia como si la estuvieras viviendo en primera persona y, por otro lado,
en los otros dos relatos siento que se narra una historia ajena a mi persona,
de modo que alguien me la está contando sin formar parte yo de ella.
Respecto a los finales, tengo opiniones
muy variadas. En primer lugar, el final de Hambre de qué no me gustó ya
que no me suelen atraer las historias que se salen de la realidad y, por tanto,
el hecho de que la protagonista se metiera en la nevera y huyera al bosque, no
es el final que yo hubiera escogido para la historia. Por otra parte, el final
de Las chicas no fue el que más me interesó, pues me pareció muy
sorprendente el giro que da la autora al final de la historia. Sin duda, lo que
más me impactó fue cuando la chica accedió a que la violaran como castigo por
sentirse culpable de la muerte de su madre. Me parece un final muy duro, pero
que expresa muchas emociones difíciles de entender a la vez. Para finalizar, Amor
fue un relato que me costó un poco entender. No tanto el final en sí, sino la
relación entre los personajes que aparecen en la historia. Una vez entendí
esto, me pareció un final realista y que muestra una situación que seguro
alguna mujer ha tenido que vivir alguna vez en la historia.