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viernes, 19 de noviembre de 2021

LA VIGENCIA DE LOS ILUSTRADOS

 Comprender hoy a los ilustrados del siglo XVIII no es una tarea complicada si reparamos en que muchas de sus ideas y propuestas aún siguen vivas entre nosotros. Tras las empolvadas pelucas y las levitas de hace más de doscientos cincuenta años alcanzamos a ver las raíces de los más importantes pilares de nuestra vida política y cultural.

Pensadores como Montesquieu, Voltaire o Rousseau siguen hablando con nosotros. La separación de poderes propuesta por Montesquieu es la base de las democracias en pleno siglo XXI y la obligación de su cumplimiento levanta no pocas ampollas en los debates políticos actuales. De la obra de Voltaire nacen conceptos claves de lo que luego será la Declaración de los Derechos Humanos, uno de los grandes legados de aquel siglo XVIII. La teoría del contrato social de Rousseau fundamenta las reglas del comportamiento político y moral de los ciudadanos del siglo XXI. El pensamiento filosófico y político de los ilustrados inspirará la Revolución Francesa, el hecho que origina la Edad Contemporánea en la que vivimos.

En aquel siglo XVIII nacen las instituciones culturales que se encargan todavía hoy de conservar el patrimonio cultural: la Real Academia Española, la Real Academia de la Historia, la Biblioteca Nacional o la Real Academia de las Artes de San Fernando. A este deseo de recoger todo el saber humano acumulado obedece el grandiosos proyecto de la Enciclopedia de Diderot y D'Alembert, que  hoy tiene su continuación en Wikipedia, una herramienta intelectual y educativa de un enorme potencial.

Hasta la propia literatura neoclásica de aquel tiempo, tan fría a veces para los lectores de hoy, nos ayuda a comprender algunas de las claves de los productos culturales de nuestro tiempo. El ensayo fue una herramienta de difusión de las nuevas ideas y sirvió para desterrar las supercherías y falacias en boga en aquella época o para hacer un profundo diagnóstico de la realidad de España en aquel siglo. De lo primero es ejemplo Feijoo, antecedente de las páginas de internet que desmienten los bulos y las noticias falsas de nuestra época. De lo segundo son ejemplos  los informes y memorias de Jovellanos o las Cartas marruecas de Cadalso. En algunos de los textos leídos en clase hemos podido ver la innovadora propuesta de Jovellanos acerca de una educación universal pública o las críticas que se hace en las cartas de Gazel a Ben-Beley a propósito, por ejemplo, de prácticas tan frecuentes entonces como ahora como el nepotismo (carta LV) o la corrupción de algunos servidores políticos (LI). El ensayo actual es, sin ninguna duda, heredero del de aquel siglo. Y de los otros géneros podemos afirmar lo mismo. Las fábulas de Iriarte o Samaniego han resistido el paso del tiempo y siguen acompañando las primeras lecturas de los niños. Y de las comedias neoclásicas aprendimos que las formas de entretenimiento también podían constituirse en poderosos instrumentos de propaganda.

No está tan lejos el siglo XVIII, aún se respiran muchas de sus ideas y propuestas.

jueves, 7 de noviembre de 2019

JOVELLANOS DEFIENDE UNA EDUCACIÓN PÚBLICA Y UNIVERSAL

Gaspar Melchor de Jovellanos pintado
 por Francisco de Goya
Gaspar Melchor de Jovellanos fue quizás el más sobresaliente de los ilustrados españoles. En sus textos en prosa abordó los problemas más importantes del país y expuso sus ideas de reforma para resolverlos. En este fragmento de su Memoria sobre educación pública defiende una educación, fomentada por el estado y de carácter universal, orientada a conseguir el bienestar de la sociedad y los ciudadanos.

Obsérvese que la utilidad de la instrucción, considerada políticamente, no tanto proviene de la suma de conocimientos que un pueblo posee, ni tampoco de la calidad de estos conocimientos, cuanto de su buena distribución. Puede una nación tener algunos, o muchos y muy eminentes sabios, mientras la gran masa de su pueblo yace en la más eminente ignorancia. Y se ve que en tal estado la instrucción será de poca utilidad, porque siendo ella hasta cierto punto necesaria a todas las clases, los individuos de las que son productivas y más útiles serían ineptos para sus respectivas profesiones, mientras sus sabios compatriotas se levantan a las especulaciones más sublimes. Y así, vendrá a suceder que en medio de una esfera de luz y sabiduría, la agricultura, la industria y la navegación, fuentes de la prosperidad pública, yacerán en las tinieblas de la ignorancia. Y he aquí lo que más me recomienda la necesidad del estudio de las primeras letras. Ellas solas pueden facilitar a todos y cada uno de los individuos de un Estado aquella suma de instrucción que a su condición o profesión fuere necesaria. Si deseáis el bien de nuestra patria, abrid a todos sus hijos el derecho de instruirse, multiplicad las escuelas de primeras letras; no haya pueblo, no haya rincón donde los niños, de cualquier clase y sexo que sean, carezcan de este beneficio.

miércoles, 31 de mayo de 2017

LA LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVIII: EL NEOCLASICISMO

Que en estos versos trato 
de daros un asunto 
que instruya deleitando.
Félix María de Samaniego

Os dejo esta breve presentación sobre la literatura española del siglo XVIII para que tengáis un primer acercamiento a los autores de este siglo marcado por la Ilustración, la vuelta al mundo clásico, el seguimiento de las normas, la imitación de la naturaleza y el propósito didáctico. Además, os dejo una selección de algunas de las obras más importantes de este siglo.


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