lunes, 18 de julio de 2022

SOBRE LA NECESIDAD DE UNA EDUCACIÓN MEDIÁTICA

Malagón, El País

Las informaciones periodísticas de las últimas semanas sobre noticias falsas, bulos y montajes informativos vuelven a alertar de la necesidad de una educación mediática seria y rigurosa de adolescentes y jóvenes (y, en general, de todos los ciudadanos de cualquier democracia). En anteriores reformas educativas este acercamiento crítico a los medios de comunicación se hacía desde asignaturas como "Procesos de comunicación" o "Comunicación audiovisual" o "Cultura audiovisual". En la actualidad,  a falta del desarrollo de la nueva ley, este tema se diluye en varias áreas. 

En los currículums de varias materias (en especial, el de Lengua castellana y Literatura, que nos concierne aquí) aparecen contenidos que tienen como objetivo que los alumnos sean ciudadanos que se acerquen a los medios de comunicación para informarse y para despertar su conciencia crítica. La educación mediática se convierte en nuestro complejo mundo actual en una necesidad acuciante para superar la náusea que supone en muchas ocasiones el acercamiento a los medios de comunicación. Y todavía es más acuciante en estos tiempos en los que el cuarto poder que representaban los medios tradicionales se ve asaltado por las redes sociales y otras formas de comunicación  digital (prensa digital, podcast,…).

En la España de nuestros días esa tarea es muy complicada.  Ninguno de los grandes medios de comunicación,  ni ninguno de los líderes de opinión de cadenas de radio y de televisión ha demostrado en las últimas semanas, y muchos tampoco en los últimos años, ejercer el periodismo basado en criterios deontológicos: respeto a la verdad, búsqueda de la objetividad, diferenciación entre información y opinión, contraste de los datos con diversas fuentes periodísticas, rectificación de informaciones erróneas, respeto a la presunción de inocencia,… ¿Qué hacer entonces? ¿Qué enseñar entonces? La creación de noticias falsas, los montajes periodísticos, los temas silenciados, la manipulación y la intoxicación informativa se han convertido en prácticas habituales del quehacer diario de los medios de comunicación. ¿Cómo vamos a animar a los estudiantes de ESO y Bachillerato a acercarse a unos medios putrefactos que sirven oscuros intereses políticos y económicos?

En la materia de Lengua castellana y Literatura abordamos durante todos los cursos de ESO y Bachillerato el estudio de los textos y, entre estos, el estudio de los textos periodísticos (géneros periodísticos informativos, de opinión e híbridos). Podemos trabajar con estos textos periodísticos a partir de las cincos leyes sobre alfabetización mediática e informacional elaboradas por la UNESCO en 2017, tanto en actividades teóricas, como de reflexión y de creación.

Tomado de https://antoniomarquez.net/educacion-mediatica/

Podríamos empezar en todos los cursos, con los diferentes grados de complejidad oportunos, con la propiedad de la adecuación textual y las diferentes elecciones que toma el emisor para elaborar su mensaje en función de los distintos factores de comunicación (receptor, canal, código, situación,…).

  • En cuanto al emisor se puede trabajar desde la intención del texto (¿informa?, ¿opina?, ¿entretiene?,…) a un análisis más detallado de quién está detrás de la propiedad de los medios y qué intereses persigue.
  • En cuanto al receptor se puede analizar desde el tipo de destinatario que busca el texto a la capacidad de manipulación que alberga el texto para cambiar la opinión del lector o del espectador.
  • En cuanto al canal comunicativo: se puede tratar desde las tecnologías que sirven para producir y distribuir los textos periodísticos hasta cómo afectan estas tecnologías a la naturaleza del texto.
  • En cuanto al código el trabajo en clase puede abarcar innumerables facetas: códigos verbales y no verbales, registros lingüísticos empleados, corrección, …
  • En cuanto a los mensajes propiamente dichos se pueden estudiar y analizar los diferentes géneros periodísticos de los distintos medios de comunicación.
  • En cuanto a la situación comunicativa se abren igualmente numerosas posibilidades de estudio: cómo se busca plasmar la verdad informativa, de qué asuntos se trata y de cuáles no se habla, qué valores políticos y morales conllevan los textos,…  

Podríamos seguir trabajando las otras propiedades textuales, la coherencia y la cohesión, en diferentes actividades de análisis de estructuras de los textos y de creación o producción de los mismos, para conseguir los objetivos buscados. Estas actividades de comentario y de producción no deben ser asépticas, sino que deben tratar de profundizar en la naturaleza y en la intención de los diferentes textos periodísticos. 

Sin duda, todo este trabajo puede ser una de las mejores formas de abordar la clase de Lengua castellana y Literatura desde una perspectiva diferente, que no se centre exclusivamente en el conocimiento gramatical y que logre formar tanto buenos lectores y escritores como oyentes y espectadores competentes.