Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez |
Ni críticos ni historiadores ni lectores se ponen de acuerdo en quiénes forman parte de ese boom. No se puede hablar de generación pero los novelistas que
publican en aquellos años (Vargas Llosa, García Márquez, Donoso, Cabrera
Infante) y quienes habían publicado en los años anteriores (Carpentier,
Lezama Lima, Fuentes, Onetti, Sábato,...), desde planteamientos
distintos, proponen una nueva novela que busca una estética
propia del continente americano (el barroquismo, el indigenismo, el
realismo mágico), que experimenta con técnicas renovadoras y que muestra
una actitud de compromiso contra las diversas formas de opresión y
dictadura.
Cito algunos de los principales títulos de aquella década prodigiosa: El astillero de Juan Carlos Onetti, La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato, El siglo de las luces de Alejo Carpentier, Rayuela de Julio Cortázar, Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, Paradiso de José Lezama Lima, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y Conversación en La Catedral de Vargas Llosa. Todas ellas son novelas fruto de una elaboración cuidadísima y nos sumergen en mundos muy sugestivos y diferentes entre sí. Como algunas de ellas son extremadamente complejas, sugiero a los que queráis leerlas que empecéis por los títulos mencionados de García Márquez, Vargas Llosa y Onetti. Son novelas que siempre resultan un descubrimiento deslumbrante para sus lectores.
Este fenómeno literario del boom, auspiciado y fomentado por editoriales, medios de comunicación y agentes literarios, perdió fuelle en los años setenta, aunque todos estos novelistas continuaron publicando y han mantenido viva la novela hispanoamericana hasta nuestros días, sirviendo de maestros en muchos casos a las nuevas generaciones de escritores. En 1971, además, el caso Padilla (poeta cubano que se vio obligado a autoinculparse de actitudes antirrevolucionarias) separó a estos autores que habían sido amigos y habían compartido ideas políticas (mostraron
su admiración por la Revolución cubana de 1959). Las trayectorias literarias de cada uno discurrirán por caminos personales a partir de entonces.
Esta es la valoración que hacía sobre el boom Julio Cortázar, uno de sus más destacados autores, en una entrevista de 1977:
Para ampliar información sobre el boom podéis consultar este especial que el diario El País publicó en noviembre pasado con motivo de su cincuenta aniversario. Ahí encontraréis informaciones, estudios, valoraciones y lecturas sobre esos estupendos novelistas.
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