sábado, 23 de septiembre de 2023

NERUDA EN EL CORAZÓN

Siempre he creído que Pablo Neruda es el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas. Tanto, que habiéndose metido en un callejón difícil —su poesía política, poesía de guerra— había siempre una gran poesía en todo lo que escribía. Era una especie de rey Midas: todo lo que tocaba lo convertía en poesía. 

Gabriel García Márquez

Hoy se conmemora el quincuagésimo aniversario del fallecimiento de Pablo Neruda, uno de los grandes poetas del siglo XX, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1971. En el blog queremos recordar algunos de los poemas más conocidos del autor chileno (a través de sus textos y de las canciones que se han inspirado en sus versos) y descubrir a los más jóvenes su obra. Ya en otras entradas del blog leímos su autorretrato, su canto a la palabra, su oda al libro o dos de sus sonetos de amor.

En 1924, a los veinte años, publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada, un libro que se erigió muy pronto como uno de los grandes poemarios amorosos de nuestra literatura. Es el diario poético de dos amores paralelos: uno, el de la novia de provincia, es "llama silvestre"; el otro, el de Santiago de Chile, "fondo de miel oscura". Influido por el romanticismo y el modernismo, está escrito con una lengua apasionada y vitalista y con un ritmo de extraordinaria musicalidad. En el libro se mezclan la delicadeza, la melancolía, la exaltación, la tristeza y la sensibilidad. El Poema 15 (que puede oírse en voz del autor en este enlace) nos muestra esa gran capacidad evocadora del amor del poeta chileno:

                                    15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pocos años después, en 1927, fue destinado a la India y Java como cónsul. Allí sufre una aguda crisis existencial, como nos explica en Confieso que he vivido, su libro de memorias. Su obra va a centrarse ahora en lo más sombrío y desolado de la existencia, para lo que se valdrá de una lengua de resonancias surrealistas. Aparece entonces Residencia en la tierra como resultado de su personal descenso a los infiernos. Este libro será rebautizado después como Primera Residencia y más tarde aparecerá otro con el título de Segunda residencia, todavía más hermético, angustioso y tenebroso. Sirva como ejemplo de esta etapa de su obra el extraordinario poema Walking Around, entresacado de Segunda residencia.

WALKING AROUND

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a  un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Sus posteriores nombramientos como cónsul lo llevan a  Barcelona (1934) y Madrid (1935), donde se hará muy amigo de los poetas de la Generación del 27. Allí fundó la revista Caballo verde para la poesía, que defendía una poesía "impura", comprometida con el hombre y sus circunstancias históricas y personales. La Guerra Civil española acentuó un profundo cambio político y literario en Neruda. Escribe por entonces el poema España en el corazón, poema transido de angustia que aparece en Tercera residencia, obra en la que van a aparecer sus primeros poemas políticos. De ese poema entresaco estos versos que evocan el comienzo de la Guerra Civil y la postura del poeta en defensa de la República española:

[...] Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.

Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles! [...]

En 1945 se afilia al Partido Comunista de Chile y eso va a significar que su obra toma ya un cariz marcadamente político. En el Canto General (1950) Neruda se convierte en la voz de las víctimas silenciosas, anónimas y oprimidas de las diversas civilizaciones de América.  Es un extenso poema épico de miles de versos en los que canta a la naturaleza anterior a la presencia del hombre en la Tierra y canta los sucesos más señalados de la historia de América. En sus últimos versos nos dice que su libro "ha nacido de la ira como una brasa", pero que está lleno de "fuerza de piedra pensativa" y de "alegría de manos congregadas". Su compromiso social puede leerse, por ejemplo, en Los hombres del nitrato:

LOS HOMBRES DEL NITRATO

Yo estaba en el salitre, con los héroes oscuros,
con el que cava nieve fertilizante y fina
en la corteza dura del planeta,
y estreché con orgullo sus manos de tierra.

Ellos me dijeron: "Mira,
hermano, cómo vivimos,
aquí en «Humberstone», aquí en «Mapocho»,
en «Ricaventura», en «Paloma»,
en «Pan de Azúcar», en «Piojillo»".

       Y me mostraron sus raciones
       de miserables alimentos,
       su piso de tierra en las casas,
       el sol, el polvo, las vinchucas,
       y la soledad inmensa.

       Yo vi el trabajo de los derripiadores,
       que dejan sumida, en el mango
       de la madera de la pala,
       toda la huella de sus manos.

       Yo escuché una voz que venía
       desde el fondo estrecho del pique,
       como de un útero infernal,
       y después asomar arriba
       una criatura sin rostro,
       una máscara polvorienta
       de sudor, de sangre y de polvo.

       Y ése me dijo: "Adonde vayas,
       habla tú de estos tormentos,
       habla tú, hermano, de tu hermano
       que vive abajo, en el infierno".

En sus últimos veinte años de vida fue muy prolífico. De esta época destacan sus libros Los versos del capitán, sobre el amor, la lucha por la justicia y la libertad y el canto a la naturaleza y la vida humana, y Odas elementales, una obra de versos cortos que cantan las cosas de la vida cotidiana como la cebolla, el tomate o la alcachofa. Del primer libro entresacamos este emotivo poema titulado El monte y el río (que en este enlace puede escucharse recitado por el autor y cantado por Matilde Urrutia, su tercera esposa):

EL MONTE Y EL RÍO

En mi patria hay un monte.
En mi patria hay un río.

Ven conmigo.

La noche al monte sube.
El hambre baja al río.

Ven conmigo.

Quiénes son los que sufren?
No sé, pero son míos.

Ven conmigo.

No sé, pero me llaman
y me dicen  "Sufrimos".

Ven conmigo.

Y me dicen: "Tu pueblo,
tu pueblo desdichado,
entre el monte y el río,

con hambre y con dolores,
no quiere luchar solo,
te está esperando, amigo".

Oh tú, la que yo amo,
pequeña, grano rojo
de trigo,
será dura la lucha,
la vida será dura,
pero vendrás conmigo.

Neruda murió envenenado hace cincuenta años, el 23 de septiembre de 1973, por los golpistas dirigidos por Pinochet, que doce días antes se habían sublevado contra el  gobierno legítimo de Salvador Allende. Su casa también fue incendiada y saqueada por los golpistas.

Otra manera de acercarnos a sus poemas es escuchar el disco homenaje que distintos cantantes españoles e hispanoamericanos le dedicaron hace unos pocos años y que lleva  el mismo titulo que esta entrada, Neruda en el corazón. Puede escucharse completo en el enlace anterior. Del disco destacamos la versión del Poema 20 interpretada por Joan Manuel Serrat  y que puede también escucharse recitado por el autor en este enlace.

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