El que quiera estudiar ciertas letras de nuestro tiempo tendrá que hacerlo -si quiere ser íntegro- juzgando el papel que de 1939 a 1950 jugó el Partido Comunista frente a nosotros. (Max Aub, Diarios)
El canon literario oficial(ista) ha venido arrinconando hasta nuestros días a todas aquellas voces discordantes que se salían de lo políticamente correcto. Hasta hace muy poco, los programas escolares y los libros de texto han olvidado o han prestado muy poca atención a la presencia femenina en la historia de la literatura, a los autores exiliados tras la Guerra Civil o a los novelistas sociales del realismo crítico de los años 50. A todo ello no es ajeno el sesgo ideológico que han imprimido las distintas leyes de educación de los últimos cuarenta y tres años de democracia. El olvido unas veces o el menosprecio otras se extiende también a los escritores que militaron o simpatizaron con el Partido Comunista de España en los años treinta del siglo pasado o durante la dictadura franquista. Por eso es reseñable el libro de Manuel Aznar Soler, catedrático de literatura española de la Universitat Autónoma de Barcelona y director del Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL), que lleva por título El Partido Comunista de España y la literatura (1931-1978), publicado por la editorial Atrapasueños. En él recoge once estudios muy documentados sobre escritores e intelectuales que militaron en ese periodo en el PCE. La nómina de autores es interminable e incluye como militantes o simpatizantes a lo más granado de nuestras letras en los años treinta (Rafael Alberti, Teresa León, Luis Cernuda, Emilio Prados, Juan Chabás, Pedro Garfias, Miguel Hernández,...) o en la década de los cincuenta (Antonio Ferres, Armando López Salinas, Jesús López Pacheco, Juan García Hortelano, Alfonso Grosso, Gabriel Celaya, Blas de Otero,...).
Sirva esta entrada, en el centenario del nacimiento del PCE, para recordar a los autores que o bien militando o como simpatizantes o «compañeros de viaje» del Partido defendieron con su obra la República durante la Guerra Civil o combatieron la dictadura desde el exilio o desde el insilio. La valentía de sus voces y su compromiso ético y político son dignos de la memoria de todos aquellos que hoy vivimos en democracia.
La lectura de este poema de Rafael Alberti, aparecido en El poeta en la calle, es un vivo ejemplo del impacto que en los años treinta causó en algunos escritores la ideología comunista, que después pervivió en los tiempos de la dictadura y ha llegado hasta nuestros días.
UN FANTASMA RECORRE EUROPA…
… Y las viejas familias cierran las
ventanas,
afianzan las puertas,
y el padre corre a oscuras a los Bancos
y el pulso se le para en la Bolsa
y sueña por las noches con hogueras,
con ganados ardiendo,
que en vez de trigos tiene llamas,
en vez de granos, chispas,
cajas,
cajas de hierro llenas de pavesas.
¿Dónde estás,
dónde estás?
Los campesinos pasan pisando nuestra sangre.
¿Qué es esto?
—Cerremos,
cerremos pronto las fronteras.
Vedlo avanzar de prisa en el viento del Este,
de las estepas rojas del hambre.
Que su voz no la oigan los obreros,
que su silbido no penetre en las fábricas,
que no divisen su hoz alzada los hombres de los campos.
¡Detenedle!
Porque salta los mares
recorriendo toda la geografía,
porque se esconde en las bodegas de los barcos
y habla a los fogoneros
y los saca tiznados a cubierta,
y hace que el odio y la miseria se subleven
y se levanten las tripulaciones.
¡Cerrad,
cerrad las cárceles!
Su voz se estrellará contra los muros.
¿Qué es esto?
—Pero nosotros lo seguimos,
lo hacemos descender del viento Este que lo trae,
le preguntamos por las estepas rojas de la paz y del triunfo,
lo sentamos a la mesa del campesino pobre,
presentándolo al dueño de la fábrica,
haciéndolo presidir las huelgas y manifestaciones,
hablar con los soldados y los marineros,
ver en las oficinas a los pequeños empleados
y alzar el puño a gritos en los Parlamentos del oro y de la sangre.
Un fantasma recorre Europa,
el mundo.
Nosotros le llamamos camarada.
Y es valentía hoy, en estos tiemoos (en que se exige "desideologizar" como excusa para ideologizar en la ideología del mercado, hoy sagrada e indiscutible) una entrada como esta. Enhorabuena y muchas gracias por ella, compañero. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Teresa. Es imposible leer y estudiar literatura sin hacer referencia a las circunstancias políticas, cuestiones filosóficas o manifestaciones artísticas en las que viven los escritores en cada momento, a pesar de que los manuales de texto traten de imponer sus planteamientos asépticos. Es vital, además, combatir la desmemoria y fomentar el espíritu crítico. Un abrazo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Completamente, completamente. Un abrazo, ¡y un aplauso!
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