Os dejo el texto que apareció en el examen de ayer, el último de este curso para todos los alumnos de 2º de Bachillerato. Es una columna periodística de Manuel Vicent, titulada «Tesoro», en la que de manera poética, por medio de metáforas alusivas a las novelas de aventuras y de piratas, reflexiona sobre los valores de la educación (que nos hace más ricos, más libres y más humanos), critica las tropelías cometidas por los gobernantes en materia educativa y recrea de forma personal y sugerente el mundo de la escuela, en el que se vive la aventura del saber.
Ojalá que todos os llevéis un «tesoro» inolvidable tras vuestro paso por el instituto y recordéis con satisfacción las «aventuras» vividas.
TESORO
Está
amaneciendo. Es la hora de los pájaros. A los colegios e institutos llegan en
bandadas niños y chavales cargados con sus mochilas. Ellos no lo saben, pero
todos se dirigen a la isla del tesoro. Puede que ignoren dónde está ese mar y
en qué consiste la travesía y qué clase de cofre repleto de monedas de oro les
espera realmente. El patio del colegio se transforma, de repente, en un ruidoso
embarcadero. Desde ese muelle lleno de mochilas cada alumno abordará su aula
respectiva, que, si bien no lo parece, se trata de una nave lista para zarpar
cada mañana. En el aula hay una pizarra encerada donde el profesor, que es el
timonel de esta aventura, trazará todos los días el mapa de esa isla de la
fortuna. Ciencias, matemáticas, historia, lengua, geografía: cada asignatura
tiene un rumbo distinto y cada rumbo un enigma que habrá que descifrar. La
travesía va a ser larga, azarosa, llena de escollos. Muchos de estos niños y
chavales tripulantes nunca avistarán las palmeras, unos por escasez de medios,
otros por falta de esfuerzo o mala suerte, pero nadie les puede negar el
derecho a arribar felizmente a la isla que señalaron los mapas como final de la
travesía. Ese mar está infestado de piratas, que tienen su santuario en la
caverna del Gobierno. Todas las medidas que un Gobierno adopte contra el
derecho de los estudiantes a realizar sus sueños, recortes en la educación,
privilegios de clase, fanatismo religioso, serán equivalentes a las acciones
brutales de aquellos corsarios que asaltaban las rutas de los navegantes
intrépidos, los expoliaban y luego los arrojaban al mar. De aquellos pequeños
expedicionarios que embarcaron hacia la isla del tesoro solo los más
afortunados llegarán a buen término. Algunos soñarán con cambiar el mundo,
otros se conformarán con llevar una vida a ras de la existencia. Cuando recién
desembarcados pregunten dónde se halla el cofre del tesoro, el timonel les
dirá: estaba ya en la mochila que cargabais al llegar por primera vez al
colegio. El tesoro es todo lo que habéis aprendido, los libros que habéis
leído, la cultura que hayáis adquirido. Ese tesoro, que lleváis con vosotros,
no será detectado por ningún escáner, cruzará libremente todas las aduanas y
fronteras, y tampoco ningún pirata os lo podrá nunca arrebatar.
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