La relectura de Luces de bohemia de Valle-Inclán, un siglo después de su publicación, nos pone alerta acerca de uno de los temas recurrentes de nuestra liteartura, el tema de España. Como afirma Zamora Vicente, toda la crítica
literaria ha destacado el aire de queja y de protesta que encierra la obra. De la
crítica no se libra nada ni nadie, la obra arremete contra toda la
sociedad. Valle-Inclán nos ofrecerá una
amarga reflexión sobre la sociedad española de su tiempo: “España es una
deformación grotesca de la civilización europea” (escena XII).
La crítica social de Valle no se dirige contra individuos, clases o colectivos concretos, sino que es una queja total contra toda la vida nacional. En la obra aparecen criticados y satirizados grupos sociales de distinta índole: el mundo artístico bohemio absurdo e inútil (los modernistas), los políticos corruptos (el ministro), los policías brutales, las agrupaciones paramilitares, los periodistas al servicio del poder, los poetas fracasados, la burguesía (los comerciantes), las prostitutas y los borrachos. En definitiva, la España que aparece en la obra es una multitud que vive como puede, hundida en la miseria moral y económica: “En España el mérito no se premia; se premia el robo y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo” (escena XIV).
En Luces de bohemia hay una denuncia frontal del capitalismo (conversación de Max y Mateo en la escena VI) y de quienes sostienen ese orden capitalista: la policía autoritaria -que maltrata los ciudadanos, que asesina los opositores al régimen, que aterroriza a la población- y los políticos corruptos e ineficaces.
Por boca de Max escuchamos también la crítica de la “chabacana sensibilidad” del español ante los grandes misterios de la vida y la muerte (este pueblo “transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere”).
Igualmente se satiriza a la cultura oficial (improperios a la Real Academia española) y a la prensa que está al servicio de los políticos y los empresarios.
Además, en la obra se incluyen comentarios críticos y corrosivos acerca de la historia de España, la más lejana (Felipe II, El Escorial, la Leyenda Negra,…) y la más cercana (guerra de Marruecos, Semana Trágica,…).
En definitiva, la denuncia de Valle es radical y responde al propósito crítico y satírico con el que nace el esperpento. Por debajo de la burla y de la caricatura está el significado profundo, la interpretación crítica de la realidad que le ha tocado vivir. Así es como se entiende el verdadero sentido de la obra.
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