A lo largo
del tiempo, ríos de sangre
En una terrible fecha como la de hoy, marcada por el comienzo de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia, las palabras de Asel a Tomás sobre la violencia en La Fundación, de Buero Vallejo, nos invitan a reflexionar y a tomar conciencia de los valores que defienden las democracias de nuestro mundo. Frente a la irracionalidad, las injusticias y la violencia, los valores de la convivencia pacífica y el respeto a las libertades han de ser considerados y defendidos como pilares básicos de nuestras sociedades. Estas palabras están recogidas al final del primer cuadro de la segunda parte de La Fundación de Buero Vallejo, lectura que estamos terminando en 2º de Bachillerato, y mantienen plena vigencia casi cincuenta años después de su escritura.
Vivimos en un mundo civilizado al que le sigue pareciendo el más embriagador deporte la viejísima práctica de las matanzas. Te degüellan por combatir la injusticia establecida, por pertenecer a una raza detestada; acaban contigo por hambre si eres prisionero de guerra, o te fusilan por supuestos intentos de sublevación, te condenan tribunales secretos por el delito de resistir en tu propia nación invadida... Te ahorcan porque no sonríes a quien ordena sonrisas, o porque tu Dios no es el suyo, o porque tu ateísmo no es el suyo... A lo largo del tiempo, ríos de sangre. Millones de hombres y mujeres [...] Y niños... Los niños también pagan. Los hemos quemado ahogando sus lágrimas, sus horrorizadas llamadas a sus madres durante cuarenta siglos. Ayer los devoraba el dios Moloch en el brasero de su vientre; hoy los corroe el napalm. Y los supervivientes tampoco pueden felicitarse: niños cojos, mancos, ciegos... A eso les hemos destinado sus padres. Porque todos somos sus padres...[…] ¿Habré de recordarte dónde estamos y con cuál de esas matanzas nos enfrentamos nosotros?
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