Hoy traigo una reflexión sobre la vivencia del tiempo, especialmente sugerente en estos días en que parece detenerse el tiempo. La escribió el guionista y director de cine Fernando León de Aranoa en su espléndido libro Aquí yacen dragones.
Las equivalencias del tiempo
Fuente de la ilustración |
Sesenta segundos son casi setenta
en las salas de espera de los hospitales, ochenta en las habitaciones vacías
del desempleo, noventa en los cuartitos oscuros, pentagonales, de la tortura.
Un mes en la cárcel son tres al otro lado del muro, nueve si afuera lo espera a
uno un hijo, doce cuando se está enamorado. Un año en el exilio son cinco en la
casa de uno, con su parque próximo en otoño, con su panadería habitual y su
paseo a media tarde. Tres horas son seis en un control militar, nueve cuando se
está de rodillas, pidiendo, en las aceras céntricas de la pobreza. Un minuto
son diez ante el gatillo del asesino.
Pero la vida, esta vida sin ti,
no acaba nunca.
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