lunes, 12 de junio de 2017

EL REALISMO Y EL NATURALISMO



A mediados del siglo XIX, predominan ya en los medios artísticos los principios estéticos del Realismo, movimiento artístico influido por el positivismo filosófico que nace de la depuración de los elementos más idealistas del Romanticismo, que ya no agradan a la sociedad burguesa de ese tiempo.
Gustave Caillebotte, Los acuchilladores de parqué (1875)
Para el positivismo, filosofía propia de la sociedad burguesa decimonónica, no existe más realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de esos hechos o de las relaciones existentes entre ellos. La observación rigurosa y la experiencia son los instrumentos esenciales de la filosofía positivista. estos principios, base del desarrollo de las ciencias y de las técnicas, los formuló de forma sistemática el filósofo francés Auguste Comte. El método experimental (observación-hipótesis-experimentación) lo expuso el fisiólogo francés Claude Bernard.
Enorme importancia tiene el evolucionismo o darwinismo, propuesto por el naturalista inglés Charles Darwin - El origen de las especies (1859), El origen del hombre (1851)-, según el cual los diversos seres vivos resultan de la evolución y selección natural de los mejor adaptados al medio ambiente, a través de la lucha por la existencia y gracias a la transmisión de los caracteres por la herencia. Por esos años, en 1866, el botánico austríaco Gregor Mendel había descubierto las leyes de la herencia biológica.
Herbert von Herkomer,
En huelga (1891)
Durante la segunda mitad del siglo XIX alcanza también gran influencia el marxismo. En El capital, Karl Marx estudia la sociedad capitalista, sujeta también a unas leyes específicas. Desde principios materialistas, Marx afirma que el motor del desarrollo histórico es la lucha de clases y explica así las causas de las revoluciones burguesas y las contradicciones de la nueva sociedad capitalista, contradicciones que propician nuevas revoluciones, en este caso proletarias. La filosofía marxista, por tanto, no se limita a interpretar el mundo, sino que propone transformarlo, lo que explica que el marxismo se convirtiera en la ideología preponderante en los movimientos obreros de fin de siglo.
La repercusión de todas estas ideas en el arte, en general, y en la literatura, en particular, de la segunda mitad del siglo XIX es decisiva, como se comprueba en los siguientes rasgos generales de la literatura realista:
  • Observación y descripción precisa de la realidad. Es el principio básico del realismo al que obedece su propia denominación. Este interés por la observación de la realidad es paralelo a los métodos de observación característicos de las ciencias experimentales: los escritores llegan a documentarse sobre el terreno anotando apuntes sobre personajes o ambientes, o bien consultan libros, de los que extraen la información precisa. La vida real se convierte así en objeto estético.
  • Ubicación próxima de los hechos. Frente a la evasión espacio- temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, con lo que sitúan sus obras en el presente y en lugares próximos. La mirada se desplaza hacia lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía y controlando los excesos de la imaginación y del sentimentalismo.
  • Frecuente propósito de crítica social y política. La intención sociopolítica varía según la ideología particular de cada escritor. En general, los autores conservadores describen la realidad para mostrar su degradación y postular un retorno a los valores tradicionales. Los progresistas también muestran las lacras sociales, pero éstas, según ellos, obedecen a la pervivencia de una mentalidad conservadora que lastra el avance hacia el mundo nuevo.
  • Estilo sencillo y sobrio. Los realistas no solo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que rechazan la pomposa retorica romántica. El ideal de estilo es la claridad y la exactitud, como corresponde al deseo de acercar la labor del escritor a la del científico.
  • Predilección por la novela. El género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado. Según los realistas, la prosa narrativa era el género adecuado para reflejar la realidad en su totalidad. Los rasgos típicos de la novela realista son:
  1. -Verosimilitud. Las historias son como fragmentos de realidad. aunque inventadas por su autor, se basan en la experiencia cotidiana, y tanto los protagonistas como los ambientes son creíbles. Han desaparecido del relato los sucesos inverosímiles, los hechos maravillosos y las aventuras insólitas.
  2. -Protagonistas individuales o colectivos. Los protagonistas de las novelas son o individuos que se relacionan problemáticamente con su mundo o grupos sociales completos, que permiten al novelista dar una visión global de la sociedad contemporánea. En el primer caso, se hace hincapié en el análisis psicológico del protagonista; en el segundo, en la descripción de los más variados ambientes y comportamientos, con la aparición de medios sociales ignorados por la novela hasta entonces (burguesía, proletariado, mendigos, desclasados,…). Se distinguen, pues, dos tipos de novela: la novela psicológica y la novela de ambientación social.
  3. -Narrador omnisciente. El narrador maneja por completo los hilos del relato: sabe lo que va a suceder, conoce hasta los más ocultos pensamientos de los personajes, interviene en la obra con juicios sobre hechos y personajes y con observaciones dirigidas al lector. Ello no es incompatible con fingir una mera actitud de cronista unos hechos, de notario de una realidad de la que es testigo. con el tiempo, este ideal de objetividad conduce a atenuar las apariciones del narrador en la obra.
  4. -Didactismo. Es corriente que los autores pretendan con sus novelas ofrecer una lección moral o social. Ello es así en las llamadas novelas de tesis, en las que el escritor desea demostrar una idea general a la que quedan subordinados el argumento, los personajes y el ambiente de la obra.
  5. -Estructura lineal. Los hechos transcurren de forma lineal en el tiempo, aunque no son extrañas las vueltas atrás para contar episodios pasados, pero éstas no interrumpen más que provisionalmente el hilo general de la narración.
  6. -Descripciones minuciosas. Las descripciones de interiores y exteriores y las de los mismos personajes son extremadamente detalladas, de modo que en las obras a veces predomina la descripción sobre la narración.
  7. -Aproximación del lenguaje al uso coloquial. El lenguaje narrativo se aproxima a la lengua de la conversación, a la que se eleva a la categoría de lengua literaria. Los autores se esfuerzan en adecuar el lenguaje a la naturaleza de los personajes, que hablan con arreglo a su condición social, a su origen geográfico o a sus propias particularidades.

Se conoce como Naturalismo una corriente literaria que se desarrolló durante el último tercio del siglo XIX, fundamentalmente en Francia, y que tuvo como principal impulsor a Émile Zola (1840-1902), quien pretende que la literatura se convierta, a semejanza de las ciencias naturales, en otra ciencia cuyo objeto de estudio es el medio social. La literatura debe analizar científicamente el comportamiento humano siguiendo los principios de la observación y la experimentación. Para ello, parte de la idea de que el hombre se encuentra determinado biológica y socialmente: no es en realidad libre, puesto que los individuos están condicionados por su herencia genética y por el ambiente social en que se mueven. El novelista, pues, a semejanza del científico, ha de experimentar con sus personajes para comprobar cómo se modifican sus reacciones según cambian las circunstancias y teniendo siempre en cuenta su particular condición biológica heredada. Esto explica la preferencia de los naturalistas por ambientes miserables y sórdidos y por personajes tarados, alcohólicos, embrutecidos o víctimas de patologías diversa, ya que tales casos permiten demostrar más concluyentemente la influencia determinante de la biología y del medio social.
Técnicamente se extreman los rasgos del Realismo: descripciones minuciosas, reproducción fiel del lenguaje hablado … En cuanto al punto de vista narrativo, si el papel del científico consiste solo en exponer y analizar los hechos, así ha de proceder el novelista, que debe abstenerse de intervenir en la narración, por lo que se propugna el ideal del narrador impersonal y objetivo.
Las novelas tienen, además, una intención moral. Influidos por las ideas socialistas, los naturalistas piensan que, ya que no se puede modificar la herencia biológica, sí es posible igualar las condiciones sociales en que viven los hombres. La novela naturalista contribuiría a proporcionar un conocimiento más exacto de los seres humanos y de la sociedad, con el fin de poder mejorarlos.
[Tomado de Lengua castellana y Literatura. 2º de Bachillerato, editorial Akal, 2009, obra entre otros de Ignacio Bosque, Julio Rodríguez Puértolas o Domingo Ynduráin]

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