Es el trigésimo aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, que se conmemora hoy, una magnífica ocasión para leer alguno de sus cuentos o poemas o ensayos, porque de lo que estoy seguro es que no será el último. Porque Borges es un autor que equivale a todo un mundo. Este texto que dejó escrito en el final del Epílogo de El hacedor, uno de sus libros donde se entreveran relatos, poemas y ensayos de muy variados temas y asuntos, así nos lo atestigua.
Borges retratado por John Sokol |
Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
En el blog encontraréis varias entradas dedicadas a él por si queréis conocer más obras suyas o también podéis entrar en la siempre recomendable página de ciudad seva o en esta guía literaria que recoge enlaces para leer una selección de sesenta cuentos. También os puede resultar interesante esta pequeña antología de sus cuentos que preparé hace un tiempo.
Jorge Luis Borges es la suma de numerosas ideas, símbolos, personajes inolvidables, lugares fantásticos y palabras imborrables, como nos transmite en este poema de Los conjurados.
LA
SUMA
Ante la cal de una pared que nada
nos veda imaginar como infinita
un hombre se ha sentado y premedita
trazar con rigurosa pincelada
en la blanca pared el mundo entero:
puertas, balanzas, tártaros, jacintos,
ángeles, bibliotecas, laberintos,
anclas, Uxmal, el infinito, el cero.
Puebla de formas la pared. La suerte,
que de curiosos dones no es avara,
le permite dar fin a su porfía.
En el preciso instante de la muerte
descubre que esa vasta algarabía
de líneas es la imagen de su cara.
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