lunes, 4 de abril de 2016

MI TIZA POR CERVANTES (2): «LA POESÍA, SEÑOR HIDALGO...»


Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto y … 
ni en España hay locos.
Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
León Felipe, Pero ya no hay locos

Miguel de Cervantes y sus personajes del Quijote han alimentado también la obra de muchos poetas: de Quevedo a Rubén Darío, de Unamuno a Blas de Otero, muchos han sido los poetas que les han dedicado sus textos pues encarnan las mismas inquietudes y sueños que todos tenemos. No por nada la poesía está hecha, en palabras de don Quijote al Caballero del Verde Gabán, de «una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio». Y esto es lo que han hecho muchos de nuestros poetas.
Ofrezco a continuación una pequeña selección de textos poéticos, recogidos en la antología de poemas cervantinos que publicó Luis García Montero en La poesía, señor hidalgo...,  que hablan de ilusiones y derrotas, de verdades y ficciones, de la vida en definitiva, a partir de Cervantes y sus criaturas. Esta es mi segunda pequeña contribución a la excelente iniciativa de MitizaporCervantes del Departamento de Lengua castellana y Literatura del IES Río Arba deTauste.

PRIMERA SALIDA DE DON QUIJOTE

Lunático en su luna, vagamundo hechizado,
absorto en sus quimeras de endriagos y amadises,
su estampa reflejada, ojival, en los charcos,
en un rocín al trote, va el caballero triste.

Quijote en su impostura, Quijano alucinado,
mohosa la armadura, indigno el morrión simple,
anda en busca de lances de corte sobrehumano:
leones y molinos, gigantes y merlines.

Qué frágil caballero, ¿verdad?, con su vesania
nacida del veneno verbal de las ficciones,
perdido en sus delirios de magia y de poder.

Qué destino tan alto, y qué suerte tan mala.
Qué ilustre marioneta de los encantadores,
lanzado a los peligros del campo de Montiel.

Felipe Benítez Reyes


LETRA
..y dándole una lanzada en el aspa,
la devolvió el viento con tanta furia...
Quijote, I,8.

Por más que el aspa le voltee
y España le derrote
y cornee,
poderoso caballero
es Don Quijote.

Por más que el aire se lo cuente
al viento, y no lo crea
y la aviente,
muy airosa criatura
es Dulcinea.
Blas de Otero


VENCIDOS
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…
Y ahora ociosa y abollada
va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero,
sin peto y sin espaldar…
va cargado de amargura…
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar…
va cargado de amargura…
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar…
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…
va cargado de amargura…
va, vencido, el caballero
de retorno a su lugar.
Cuántas veces, Don Quijote,
por esa misma llanura
en horas de desaliento
así te miro pasar…
y cuántas veces te grito:
Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar.
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo
y llévame
a ser contigo pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…
León Felipe


DON QUIJOTE TRASTERRADO
A Eulalio Ferrer, viejo amigo,
Quijotesco y trasterrado

He aquí el reverso del tapiz. La vida
tiene el mismo vellón en igual rueca.
Esta es la Mancha aquella, vasta y seca,
aunque hoy está de flamboyán vestida.

Sangra el ocaso por la misma herida.
Quema el cura –el chamán- mi biblioteca.
Hoy los gigantes son de piedra olmeca.
Ayer, de cal y de viento sin brida.

Ya no cabalgo, sino en Clavileño.
Rocinante era real, y esto es un sueño
soñado en el fanal que el tiempo empaña.

Y aquí estoy, destiempado, en duermevela,
soñando con Malinche de canela,
mi Dulcinea de la Nueva España.
José Hierro


SUEÑA ALONSO QUIJANO
El hombre se despierta de un incierto
Sueño de alfanjes y de campo llano
Y se toca la barba con la mano
Y se pregunta si está herido o muerto.


¿No lo perseguirán los hechiceros
que han jurado su mal bajo la luna?
Nada. Apenas el frío. Apenas una
Dolencia de sus años postrimeros.


El hidalgo fue un sueño de Cervantes
Y don Quijote un sueño del hidalgo.
El doble sueño los confunde y algo


está pasando que pasó mucho antes.
Quijano duerme y sueña. Una batalla:
Los mares de Lepanto y la metralla.
Jorge Luis Borges

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