«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí»
Este famosísimo microrrelato de Augusto Monterroso nos servirá para profundizar en los textos narrativos que leemos y estudiamos en clase y para iniciarnos en un género que en los últimos años es seguido por muchísimos lectores. De este microcuento dijo Vargas Llosa, en Cartas a un joven novelista, que era una «joya narrativa», un «perfecto relato», «con un poder de persuasión imparable, por su concisión, efectismo, color, capacidad sugestiva y limpia factura».
El dinosaurio de Monterroso |
El microrrelato se define por su extensión hiperbreve (aunque los críticos no se ponen de acuerdo en sus límites) y por su carácter narrativo (ya que se dan como rasgos obligatorios el contar una historia, la sucesión de acciones en el tiempo, el conflicto de los personajes y la tensión narrativa con la que es relatado que obliga al lector a participar de una manera activa en su lectura). Ese gusto por contar, tan propio de la narración, encuentra en este género su máxima representación, pues su extraordinaria condensación permite intensificar todo aquello que cuenta. Esta es la razón por la que además pueden ser leídos una y otra vez sin resultarnos aburridos.
Para sus estudiosos, el microrrelato se ha convertido en el género narrativo emblemático de nuestro siglo XXI: su presencia en el planeta literario, en el ámbito periodístico y en el mundo digital es abundantísima y riquísima ya que admite múltiples enfoques, temas y tonos.
Para sus estudiosos, el microrrelato se ha convertido en el género narrativo emblemático de nuestro siglo XXI: su presencia en el planeta literario, en el ámbito periodístico y en el mundo digital es abundantísima y riquísima ya que admite múltiples enfoques, temas y tonos.
Para empezar a leer microrrelatos, además de la selección comentada en clase, se pueden consultar diferentes antologías en estos interesantes enlaces:
- Breve antología de microcuentos [de Materiales de lengua: es una buena introducción a este género literario].
- Minicuentos clásicos [de Ciudad Seva: recoge deliciosas piezas de diferentes épocas como El gesto de la muerte o Sueño de la mariposa].
- Minicuentos [de Ciudad Seva, ordenados alfabéticamente por el título, para pasar buenos e intensos ratos de lectura: además de Monterroso figuran entre muchos otros, microrrelatos de Franz Kafka, Oscar Wilde, Cortázar, Benedetti o Borges].
También hay en papel interesantes antologías de microrrelatos como Por favor, sea breve (en dos volúmenes), preparada por Clara Obligado en la editorial Páginas de espuma, y Antología del microrrelato español (1906-2011) editada por Irene Andrés-Suárez en Cátedra.
Y para terminar otro estupendo microrrelato de Augusto Monterroso (tomado de La Oveja negra y demás fábulas), que parodia el clásico género de las fábulas al insuflarle grandes dosis de humor negro:
LA OVEJA NEGRA
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue
fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua
ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez
que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para
que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran
ejercitarse también en la escultura.
Siempre que he trabajado con microrrelatos el resultado ha sido muy interesante. Hace unos años, a partir de Ajuar funerario, de Fernando Iwasaki, realizamos muchas actividades que te invito a conocer a través del blog Sapere aude! Allí encontrarás un pequeño regalo. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu consejo y por tu regalo. Un saludo
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