viernes, 27 de enero de 2012

PIDO LA PAZ Y LA PALABRA

Paloma de la paz de Pablo Ruiz Picasso
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
MIGUEL HERNÁNDEZ

30 de enero: DÍA ESCOLAR DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA
Para conmemorar el Día escolar de la PAZ y la NO VIOLENCIA os dejo estos poemas: uno de César Vallejo, otro de Blas de Otero y el de Miguel Hernández  que encabeza esta entrada. Durante el curso estudiaremos a estos tres poetas de la literatura española del siglo XX que dieron en sus obras voz a los deseos y aspiraciones de aquellos que no tenían voz.
Todos y cada uno de nosotros debemos construir la paz:  estos  textos nos hablan del compromiso personal y colectivo que debemos asumir para contribuir a crear un mundo sin violencia y en libertad. Los títulos de estos poemas ("Masa", "A la inmensa mayoría") hablan, en efecto, del verdadero protagonista de todas las conquistas sociales: el pueblo.


El primer poema es del escritor peruano César Vallejo  que, en medio de un conflicto tan dramático como la Guerra Civil Española, dejó escrito este esperanzador poema en su libro  España, aparta de mí este cáliz.

MASA
 
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: “¡No mueras; te amo tanto!”
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
“¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!”
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien mil, quinientos mil,
clamando: “¡Tanto amor y no podemos nada contra la muerte!”
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: “¡Quédate, hermano!”
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
abrazó al primer hombre; echose a andar...

El segundo poema es de uno de los escritores españoles comprometidos en la lucha por la libertad, Blas de Otero. Pertenece a su libro Pido la paz y la palabra y es  una rotunda declaración de intenciones en medio del odio y de la violencia en la España de posguerra.
 
A LA INMENSA MAYORÍA
 
Aquí tenéis, en canto y alma al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.

 
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

 
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

 
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

 
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
                                                                                    BLAS DE OTERO.

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