Cuando yo me muera,
enterradme con mi guitarra
bajo la arena.
Cuando yo me muera,
entre los naranjos
y la hierbabuena.
Cuando yo me muera,
enterradme si queréis
en una veleta.
¡Cuando yo me muera!
Proponemos en el Día Internacional del Flamenco la lectura de Poema del cante jondo, la obra de Federico García Lorca que se inspiró en el flamenco, en el cante y el baile andaluz, y que se inscribe en la tendencia neopopularista cultivada por algunos de los poetas de la generación del 27. En este poemario recreó magistralmente la poesía del flamenco con el ritmo popular quebrado del verso corto, la condensación expresiva de la copla popular, la fusión de elementos populares y tradicionales con imágenes cultas y barrocas y la mezcla de notas realistas con elementos alucinados y míticos.
García Lorca dijo de su libro que «por él desfilan la siguiriya, la soleá, la saeta y la petenera» y «que está lleno de gitanos, de velones y de fraguas». En su conferencia sobre el misterioso arte del cante hondo, insistió en la trascendencia de esta cante y en el acierto del pueblo andaluz en llamarle así: «es hondo, verdaderamente hondo, más que todos los pozos y todos los mares que rodean el mundo, mucho más hondo que el corazón actual que lo crea y la voz que lo canta, porque es casi infinito. Viene de las razas lejanas, atravesando el cementerio de los años y las frondas de los vientos marchitos».
Como aperitivo a la lectura del libro, además del poema que abre esta entrada, «Memento», comparto «La guitarra», sugestivo poema que rinde homenaje a ese instrumento consustancial al flamenco.
LA GUITARRA
Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llanto
de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible
callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible
callarla,
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
¡Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.
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