En el día del fallecimiento del artista gráfico Quino, el creador de la inolvidable Mafalda, con quien tanto hemos aprendido y reído, quiero compartir algunas de las viñetas y tiras cómicas que nos han acompañado en clase y nos han invitado a pensar, a jugar y a reír.
miércoles, 30 de septiembre de 2020
jueves, 24 de septiembre de 2020
A VUELTAS CON LAS LECTURAS
La escritora Care Santos publicó en El Periódico el artículo que comparto hoy («Fin de curso para lectores») a finales del curso 2018-2019 para reflexionar sobre el siempre interesante tema de la lectura en los jóvenes. [Un extracto de este artículo apareció en el ejercicio de Lengua castellana y Literatura en la pasada EvAU de julio en Aragón]. En el artículo, entreveradas con experiencias de la propia autora y con una propuesta muy llamativa al final, se recogen ideas interesantes sobre el fomento de la lectura, las lecturas obligatorias o las vivencias de los lectores, que pueden ayudarnos en este comienzo de curso tan singular que estamos viviendo para seguir invitando a la lectura a nuestros alumnos de Secundaria y Bachillerato.
Fin de curso para lectores
El curso pasado conocí en un instituto a un joven lector que no leía los libros que le mandaban sus profesores, sino que prefería pintarlos. Con gruesos rotuladores negros dibujaba figuras geométricas sobre las líneas paralelas de las páginas. Me contó que lo hacía porque no le gustaba leer y, en cambio, le gustaba mucho dibujar. Me enseñó su obra: sus figuras del tamaño de la mancha de texto eran realmente preciosas, muy trabajadas y originales. Según él, valía más la pena ilustrar los libros con aquellos mandalas psicodélicos que tratar de leerlos. Sin embargo, venía a enseñarme el primer libro que no había pintado en su vida. Una rara avis, tratándose de él. Por una vez, le había parecido más interesante leer que pintar. Y al hacerlo había descubierto el placer de la lectura. Me prometió que iba a buscar otros libros que merecieran quedarse como están. Y yo le aseguré que esos libros existen y me ofrecí a ayudarle a dar con ellos. No he vuelto a saber de él. Me emociona haber asistido de este modo al nacimiento de un lector.
Estamos casi a fin de curso. En solo una semanas ya no habrá lecturas obligatorias para nadie, solo lecturas por puro placer. Ojalá alguno de esos estudiantes que ha descubierto los libros por imposición de un profesor militante se convierta en un lector libre y feliz. Serán pocos, lo sabemos. Los lectores nunca fuimos muchos. Leer es un privilegio, un ejercicio de libertad absoluta, una actividad de élites puesta por vez primera al alcance de todos gracias al empeño de muchos docentes y al compromiso de algunas instituciones. Fomentar la lectura es una labor ardua y lenta, que ni luce a corto plazo ni sirve para ganar votos. Quien lo hace desea una sociedad preparada y crítica y piensa a largo plazo.
Tiempo y silencio, dos bienes escasos
La mayoría de gente que reconoce no leer dice que es por falta de tiempo. Tal vez sea verdad. Tal vez es la vida la que nos está dejando sin tiempo. El estilo de vida que hemos elegido, rodeados de pantallas, ruidos y prisas. Para leer es necesario tiempo y silencio, dos bienes escasos. Es necesario alejarse del teléfono móvil, ponerlo en modo avión, ignorar sus mil alarmas y notificaciones. Poder prescindir de maldito aparatito en los tiempos que corren también es un lujo.
Una de las razones por las que siempre he adorado leer es porque los libros me permiten dejar de ser yo durante un rato. A través de las páginas de una buena novela puedo convertirme en otra persona. Sentir y vivir como ella. Un astronauta, un asesino en serie, una mujer adúltera, un multimillonario sin escrúpulos, un pobre funcionario sin voluntad, una bruja, un terrorista islámico, una esclava sexual, una mujer sin hijos, un hombre, alguien que ostenta el poder absoluto o un bebé nonato que piensa. Quisiera ser durante un rato cualquiera de ellos. Por eso leo novelas. Algunas veces les cuento este secreto mío a los adolescentes. Les digo que en los libros está todo lo que necesitan saber. Lo bueno y también lo malo. Cualquier cosa del ser humano que les aterrorice o les fascine, porque leer es, sobre todo, un viaje al corazón de nuestras propias tinieblas.
Los libros han inspirado temor desde tiempos inmemoriales. Contienen ideas peligrosas, capaces de pervertir a la gente, de despertarla, de revelar la verdad. Todo el que quiere imponer a otros sus ideas comienza por prohibir, quemar o esconder libros. Esta suerte de inquisición bibliófila pervive de algún modo en el temor que algunas personas siguen sintiendo hacia ciertos temas y ciertas novelas. En los institutos se cuentan muchos casos de padres enfadados por las lecturas de sus hijos adolescentes. Padres que ignoran que vivir una experiencia a través de una ficción literaria es un modo magnífico de adquirir conocimientos. El lado oscuro de la vida que tanto nos tienta de adolescentes se aprende leyendo. Cuando nos asustamos de ciertas tramas y las prohibimos estamos alejando a los jóvenes no solo de los libros, también de la vida.
Propongo un ejercicio estival para padres con tiempo y ganas: la lectura compartida en voz alta. Se trata de pasar un buen rato en familia y a la vez contagiar entusiasmo, compartir emociones. Conviene buscar un rato al día y un lugar tranquilo. Se lee por turnos. Los adolescentes agradecerán este protagonismo. Los más pequeños reclamarán toneladas de paciencia por parte de sus compañeros. La lectura compartida en voz alta es un ejercicio que nos recuerda al siglo XIX, a las largas veladas familiares anteriores al invento de la televisión, a las narraciones junto a la chimenea. En el siglo XXI es un acto casi revolucionario, como la lectura misma. Y a la vez una de esas cosas que no caducan jamás.
Ojalá el curso que viene haya muchos alumnos que decidan leer sus libros en lugar de pintarlos.
lunes, 14 de septiembre de 2020
UNA MIRADA A NUESTRA LENGUA
En esta entrada de inicio de curso en la materia de Lengua castellana y Literatura, quiero que buceemos en nuestra lengua a partir de estos dos textos que he leído en este verano y que resultan muy sugerentes.
El primer texto es del famoso pianista ingés James Rhodes, afincado en nuestro país desde hace ya un tiempo. En «El idioma del amor», publicado en «El País» en el mes de julio pasado, reflexiona sobre alguna de las expresiones que empleamos habitualmente y que para él, que ha aprendido el castellano como lengua extranjera, resultan maravillosas y reveladoras de cómo son quienes las emplean.
El segundo texto es un vídeo que he conocido gracias a literland y que rescataba una producción muy interesante de UPSOCL, publicada hace cinco años, en la que selecciona las veinte palabras más preciosas del idioma español. Después de ver el vídeo, seguro que aprendemos nuevo vocabulario y percibimos la riqueza de nuestro idioma, aunque nuestra selección hubiera sido diferente.
lunes, 7 de septiembre de 2020
LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS: EL RETO DE UN NUEVO CURSO ESCOLAR
LOS TRABAJOS: COMIENZO DEL CURSO ESCOLAR. Arranca el curso 2020-2021 y lo ya ha advertido en la entrada del pasado 30 de junio sigue estando vigente. La Administración ha vuelto a demostrar su falta de reflejos y su falta de iniciativas. Todo ello, lógicamente, ha generado la incertidumbre del profesorado y de las familias de los alumnos, que ven con mucha preocupación el comienzo del curso.
No se puede esperar hasta la última semana de agosto para tratar de acordar las pautas que van a guiar el nuevo curso, ni para publicar las órdenes que van a regular los diferentes escenarios en los que vamos a trabajar.
No se puede delegar toda la responsabilidad en los centros, apelando una vez más a su autonomía, cuando no se les provee ni de más recursos, ni de más personal docente, ni de más personal de limpieza.
No se puede maniatar a los centros en la toma de decisiones para cumplir los protocolos en los grupos de ESO, cuando ello implica perder medidas de atención a la diversidad como desdobles y grupos de apoyo y generar una mayor carga de grupos y alumnos en el profesorado.
No se puede tomar decisiones políticas sin tener en cuenta las propuestas y peticiones de los centros, porque revelan un tremendo desconocimiento de la realidad educativa, especialmente en lo referido a espacios comunes, horarios lectivos o recursos informáticos.
No se puede ignorar los ejemplos de otros países que ya han puesto en marcha medidas mucho más realistas y que están resultando eficaces.
No se puede haber desconfiado de la enseñanza a distancia y tratar de presentarla ahora como una solución parcial sin haber tomado apenas ninguna nueva medida en ese sentido.
Y en estas estamos, inmersos en una realidad hasta ahora desconocida pero sin habernos pertrechado como hubiéramos debido.
LOS DÍAS: EL BLOG. En el blog seguiré con la dinámica de los últimos nueve cursos, centrándome en los aspectos relativos a la materia de Lengua castellana y Literatura, aunque en ocasiones inserte algún comentario o reflexión sobre el estado de la educación en estos tiempos inciertos.
A
pesar de que muchos profetizaron hace ya años el final de los blogs debido al
empuje de las redes sociales, lo cierto es que los internautas (alumnos, padres,
profesores, curiosos,…) demandan contenidos que tengan cierta profundidad o
solvencia y propuestas de actividades educativas que puedan llevarse al aula. Todo
ello puede encontrarse en los blogs de los profesores que llevamos tiempo en ese
empeño de compartir con los demás y no encerrarnos en las plataformas
educativas que solo llegan a unos pocos, porque aún albergamos esa idea de llevar la educación más allá de las aulas. En el caso del blog complemento agente llegó a dispararse
de forma extraordinaria el número de visitas durante las semanas del
confinamiento y posteriores, así como el número de comentarios, muchos de ellos
de agradecimiento, lo que demuestra que existe esa necesidad de contenidos y propuestas. Todo esto constituye un estímulo para seguir trabajando en esta línea y para mantener la esperanza en que es posible afrontar el reto educativo en estos tiempos difíciles.
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Así que, entre la incertidumbre y la esperanza, ya estamos preparados para los trabajos y los días de este nuevo curso escolar.