Hace trece años, tal día como hoy, empezó la andadura de este blog, este cuaderno de bitácora que ha acompañado a cientos de alumnos y a algunos profesores y madres y padres de alumnos durante estos cursos. Empezó en un tiempo donde las plataformas educativas estaban en mantillas y los alumnos y los profesores entendíamos que la clase no podía agotarse en el espacio físico del aula y en el horario de la materia. Los blogs se convirtieron en un estupendo instrumento de comunicación y de colaboración. Se convirtieron en almacenes de presentaciones y apuntes para su consulta y estudio, en espacio de crítica y de debate para mejorar la calidad de la enseñanza, en lugares donde compartir ideas y propuestas educativas. Durante los duros meses de la pandemia advertimos que los blogs que habíamos cuidado y alimentado a lo largo de los cursos anteriores se convertían en puntos de referencia inexcusable en el ámbito educativo.
En la actualidad los aires soplan por otros lados: la permanente crisis de los blogs, la falta de espíritu colaborativo en las redes, los continuos cambios legislativos que descolocan a los docentes, la decidida apuesta por las plataformas educativas, cerradas a unos usuarios concretos,..., han propiciado que el blog haya perdido parte de su influencia en nuestro ámbito. Hay compañeras y compañeros que continúan en el empeño y quiero felicitarlos por ello porque hay mucho trabajo por realizar siempre. Su trabajo siempre desinteresado seguirá ayudando a toda la comunidad educativa. Pero, por mi parte, toca hoy cerrar el blog que había quedado en reposo desde el mes de mayo pasado.
Y toca cerrarlo dando las gracias a quienes lo han seguido o visitado durante estos años y, especialmente, a quienes me alentaron a seguir en la tarea, a quienes me agradecieron con sus comentarios o sus palabras una entrada o una propuesta o uno de mis trabajos. Mil gracias a todos.
Deseo que todos los lectores del blog tengan un feliz curso. Hasta siempre.