Primer folio del manuscrito del Poema de Mio Cid conservado en la Biblioteca Nacional de España |
El Poema
de Mio Cid se ha dividido modernamente en tres partes o cantares, que se
corresponderían con cada una de las sesiones de recitado del juglar (unos 1200
versos): cantar del destierro, cantar de las bodas y cantar de la afrenta de
Corpes.
La estructura interna está marcada por el
doble proceso de pérdida y recuperación de la honra por parte del Cid. Primero
pierde la honra política y militar con el destierro y la recupera, tras
conquistar Valencia, al lograr el favor real y disponer el rey el casamiento de
las hijas del Cid con los infantes de Carrión. Luego, el Cid pierde la honra
familiar en la afrenta de Corpes en la que son escarnecidas las hijas del Cid
por parte de sus maridos y la recupera con el triunfo de sus hombres en unas justas
frente a los infantes de Carrión y con el anuncio de las nuevas bodas de las hijas con los
herederos de las coronas de Navarra y Aragón.
La crítica ha interpretado tres niveles o
planos diferentes en el contenido de la obra. En un plano político se advierte en el cantar de gesta una muestra del enfrentamiento
entre Castilla y León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey, de
origen leonés. El juglar lo repetirá hasta la
saciedad: «¡qué buen vasallo, si oviesse
buen señor!». Pero, además, los nobles de procedencia leonesa son los
principales enemigos del Cid en la corte. El poema se encuadra así en la tradición castellana
antileonesa y exalta al Cid y con él a Castilla.
En un plano social el poema expresa los ideales de equidad jurídica y movilidad
social típicos del espíritu de frontera en el que probablemente nació y del
gusto tanto del juglar que lo cantara como de sus oyentes. El cantar de gesta
refleja en el Cid el modo de vida de los guerreros, de supervivencia a través
de incursiones bélicas y de búsqueda de mejorar sus situación social y
económica, una forma de vida muy diferente a la de la alta nobleza hacia la que
se manifiesta con rencor en varias ocasiones.
En un plano individual, el héroe, Rodrigo Díaz, desterrado por el rey, se
enfrenta con el gran problema de recuperar su honra perdida y ganarse el pan.
El Cid, en este sentido, actúa como un héroe épico arquetípico, cuyas
características han de ser reconocidamente superiores y cuyas acciones han de
elevarse por encima de lo normal. La exaltación y mitificación del héroe que se
va realizando en el cantar de gesta es también la exaltación y mitificación de
Castilla y de los valores antinobiliarios de las gentes de la frontera, y por
eso no extraña la ridiculización y degradación de la alta nobleza, representada
en los cobardes infantes de Carrión y en los nobles intrigantes de la corte del
rey Alfonso VI.
seeeeee!
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario. Un saludo.
Eliminart kiero mucho persona que escribió esto <3
ResponderEliminarGracias por el comentario. Un saludo.
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