viernes, 1 de septiembre de 2023

EDUCAR EN VALORES DEMOCRÁTICOS: TAREA URGENTE

Tras el periodo electoral vivido en los últimos meses y en el comienzo de este nuevo escolar, hay unas cuantas preguntas que me están  rondando hace unas semanas: ¿qué pensarían nuestros alumnos y sus padres si en nuestros blogs o en nuestras redes sociales o en clase hiciéramos apología del franquismo, hiciéramos comentarios homófobos o negáramos la violencia de género?, o ¿qué dirían si en esos mismos medios lanzáramos comentarios en los que negáramos la bondad de las vacunas o desacreditáramos sin ningún aval científico a aquellos que hablan del cambio climático?, o ¿cómo reaccionarían a comentarios racistas y clasistas o que directamente cuestionan algunos derechos humanos o ponen en entredicho la idea de justicia social? Estas son las ideas que están llegando impunemente a nuestro alumnado fuera de la escuela y que están moldeando su manera de pensar, porque circulan sin cortapisa alguna en redes sociales y medios de comunicación.

La educación en valores se sustenta en unos principios que hasta ahora apoyaba una gran mayoría social y política. Pero, desde hace ya un tiempo, muchos de estos valores democráticos y principios basados en la razón y la ciencia están siendo cuestionados por partidos políticos que están alcanzando puestos de responsabilidad  política. Si a ello añadimos que su actividad política se basa muchas veces en la propagación de bulos, en las mentiras, en los insultos y en la censura, es decir, en prácticas nada educativas, todo se enrarece mucho más.

¿Cómo seguir educando en valores cuando se está dando puestos de responsabilidad política, con todo lo que ello significa, a personas que públicamente en redes sociales y medios de comunicación hacen apología del franquismo, muestran opiniones racistas, misóginas y xenófobas o niegan las evidencias científicas?

Esas ideas y esas prácticas deben ser combatidas desde la escuela ahora más que nunca. Muchos docentes lo tenemos claro, pero desde diferentes ámbitos se sigue mandando a los jóvenes de nuestro país mensajes muy peligrosos que, poco a poco, van calando. Por ejemplo, casi un 20% de los jóvenes niegan la violencia de género.

En definitiva, en este arranque de curso reflexionar sobre esta situación y actuar para que los discursos negacionistas y de odio no sigan extendiéndose  es  una tarea urgente, porque no debemos olvidar que uno de los principales fines de la educación es formar al alumnado para el ejercicio de sus derechos y obligaciones como ciudadanos y ciudadanas de una democracia.

Con este propósito siempre presente, deseo un feliz curso a todos los lectores del blog.


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