Todas las personas mayores han comenzado por ser niños (aunque pocas lo recuerden).
Cómo no volver a releer las páginas de El principito de Antoine de Saint-Exupéry en su octogésimo cumpleaños. Es, sin duda, una lectura que siempre marca a los lectores más jóvenes y les anima a seguir leyendo. Y es también una lectura que nos recuerda la importancia de no olvidar al niño que fuimos. Comparto con los lectores del blog su inolvidable primer capítulo.
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