Hoy los alumnos de 1º de Bachillerato del IES Medina Albaida de Zaragoza han mantenido un animado encuentro literario con María Bastarós, una de las autoras jóvenes que más está dando que hablar en el actual panorama literario. Esta actividad ha sido posible gracias a la campaña de animación a la lectura de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.
Cartel del encuentro realizado por Carmen Ramón |
Esta actividad se ha completado con los textos que los alumnos escribieron a partir de la lectura de tres relatos de No era a esto a lo que veníamos, los titulados Hambre de qué, Las chicas no y Amor. Los alumnos escribieron comentarios críticos en los que comparaban los tipos de narradores elegidos, las protagonistas femeninas, la ambientación y los desenlaces. Entre todos ellos, muy acertados en general, destaco este de la alumna Daniela Borraz que plasma las impresiones de su lectura con mucho tino y criterio.
MARÍA BASTARÓS: NO ERA ESTO A LO QUE VENÍAMOS
Daniela Borraz
En cuanto a los ambientes en los que
suceden los relatos, vemos que estos no están elegidos al azar por la
escritora. A diferencia de los otros dos relatos, Hambre de qué se sitúa
en una oficina en pleno centro de la ciudad. En este relato la autora aprovecha
la monotonía de la ciudad ("es un trabajo como cualquier otro, en un
edificio como todos los demás") para intensificar la rutina de la vida de
la protagonista. Los otros dos relatos se localizan en pueblos pequeños. En el
caso de Las chicas no, yo interpreto que el ambiente hace referencia al
estereotipo que se suele tener de que la gente de los pueblos tiene la mente
más cerrada y, por lo tanto, los chicos, al no haber visto más situaciones que
las que suceden en su pueblo, actúan influidos directamente por su entorno. Por
otro lado, Amor utiliza distintos ambientes para mostrar el cambio de
realidad que vive la protagonista. Aparte de situarse en un pueblo, la
protagonista habla de un viaje que realizó con la cara a Florida, y que al regresar de ese viaje fue cuando las
cosas se empezaron a torcer, mostrando así el paso de la felicidad, cuando
estaban de viaje, a la cruda personalidad del novio cuando regresan al pueblo.
En los relatos de Amor y Hambre de qué aparece la figura del narrador en tercera persona. Es un narrador externo que cuenta los hechos de forma subjetiva y aportando valoraciones: "a poder ser no una de las giratorias", "inclinadas sobre esa fantasía que más parece un intestino que una cara". En cambio, en Las chicas no, podemos ver a un narrador interno en primera persona del plural, representado por los chicos del pueblo que cuentan la historia que vivieron con la protagonista. En mi opinión, la existencia de un narrador interno hace ver la historia como si la estuvieras viviendo en primera persona y, por otro lado, en los otros dos relatos siento que se narra una historia ajena a mi persona, de modo que alguien me la está contando sin formar parte yo de ella.
Respecto a los finales, tengo opiniones muy variadas. En primer lugar, el final de Hambre de qué no me gustó ya que no me suelen atraer las historias que se salen de la realidad y, por tanto, el hecho de que la protagonista se metiera en la nevera y huyera al bosque, no es el final que yo hubiera escogido para la historia. Por otra parte, el final de Las chicas no fue el que más me interesó, pues me pareció muy sorprendente el giro que da la autora al final de la historia. Sin duda, lo que más me impactó fue cuando la chica accedió a que la violaran como castigo por sentirse culpable de la muerte de su madre. Me parece un final muy duro, pero que expresa muchas emociones difíciles de entender a la vez. Para finalizar, Amor fue un relato que me costó un poco entender. No tanto el final en sí, sino la relación entre los personajes que aparecen en la historia. Una vez entendí esto, me pareció un final realista y que muestra una situación que seguro alguna mujer ha tenido que vivir alguna vez en la historia.
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