CURSO

martes, 21 de abril de 2015

LA POESÍA DE FRAY LUIS DE LEÓN

Fray Luis de León
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal rüido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!



Fray Luis de León preparó una edición de sus poesías pero no las vio publicadas en vida.  Fue Francisco de Quevedo quien en 1637 las editó por primera vez, si bien eran muy conocidas porque circulaban manuscritas. Fray Luis dividió su obra en poesía original, traducciones de clásicos y traducciones bíblicas. Tradujo en verso diferentes pasajes de la Biblia, además del Cantar de los Cantares que le ocasionó la persecución inquisitorial y la cárcel. Igualmente tradujo obras de los grandes poetas griegos y latinos, Horacio y Virgilio entre ellos. En sus traducciones destaca la fidelidad al texto original.
La poesía original de fray Luis de León es bastante breve: menos de cuarenta poemas. La mayoría pertenece al género clásico de la oda, composición de número indeterminado de versos, estrofas cortas y temas variados, aunque siempre serios y graves. Sus poesías suelen agruparse en tres períodos:
  • Las poesías escritas antes de la prisión (1572), entre las que se encuentra la Oda a la vida retirada, influida por el tópico clásico del «beatus ille». Son poesías morales dentro de la tradición clásica: deseo de soledad, desprecio de los valores mundanos,...
    Poema de fray Luis, escrito en la cárcel, que
    sintetiza sus temas predilectos
  • Las poesías escritas en la cárcel (1572-1577), como Noche serena, poema en el que invita al lector a contemplar la belleza de la naturaleza y la perfección del universo para que despierte el alma. En estos poemas además de las quejas por las injusticias cometidas contra él, aborda temas religiosos.
  • Las poesías escritas tras salir de prisión (después de 1577), como la Oda a Francisco Salinas, un músico ciego, amigo suyo, cuya música lo transportaba espiritualmente. En estos poemas anhela la armonía y la infinitud y expresa nostalgia por el paraíso evocado.
En toda su poesía destacan unos cuantos temas, de influencia clásica y cristiana: la naturaleza, la añoranza del campo y de la vida de aldea, su predilección por la noche y por la música, su ansia de perfección y su deseo de unión con Dios. El estilo de sus poesías, compuestas en liras en muchas ocasiones,  se caracteriza por la elegancia y la sobriedad.

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