CURSO

martes, 18 de agosto de 2020

EL CRIMEN FUE EN GRANADA: EN MEMORIA DE FEDERICO GARCÍA LORCA

 Tal día como hoy, hace ochenta y cuatro años, fue asesinado uno de los mayores poetas y dramaturgos de nuestra literatura, Federico García Lorca. Recordamos su figura y su obra con la elegía que compuso en su honor otro de nuestros grandes poetas, Antonio Machado.

Sirva esta entrada como recordatorio del autor de Romancero gitano, Poeta en Nueva York, Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba, y de las circunstancias de su muerte (un asesinato, un crimen cometido por los partidarios del bando franquista motivado por sus ideas políticas y su condición sexual) y del oprobio y la vergüenza de un país que todavía hoy, como en el caso de García Lorca, no ha exhumado a miles de sus compatriotas que yacen en las cunetas y las fosas repartidas por todo su territorio para darles un digno entierro.

EL CRIMEN FUE EN GRANADA

I. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,

por una calle larga,

salir al campo frío,

aún con estrellas de la madrugada.

Mataron a Federico

cuando la luz asomaba.

El pelotón de verdugos

no osó mirarle la cara.

Todos cerraron los ojos;

rezaron: ¡ni Dios te salva!

Muerto cayó Federico

—sangre en la frente y plomo en las entrañas—

… Que fue en Granada el crimen

sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

 

II. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,

sin miedo a su guadaña.

—Ya el sol en torre y torre, los martillos

en yunque— yunque y yunque de las fraguas.

Hablaba Federico,

requebrando a la muerte. Ella escuchaba.

«Porque ayer en mi verso, compañera,

sonaba el golpe de tus secas palmas,

y diste el hielo a mi cantar, y el filo

a mi tragedia de tu hoz de plata,

te cantaré la carne que no tienes,

los ojos que te faltan,

tus cabellos que el viento sacudía,

los rojos labios donde te besaban…

Hoy como ayer, gitana, muerte mía,

qué bien contigo a solas,

por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

 

III.

Se le vio caminar…

                                      Labrad, amigos,

de piedra y sueño en el Alhambra,

un túmulo al poeta,

sobre una fuente donde llore el agua,

y eternamente diga:

el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

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