CURSO

sábado, 16 de diciembre de 2017

#POEMA27: «LOS PLACERES PROHIBIDOS» DE LUIS CERNUDA

Retrato de Luis Cernuda
por Gregorio Prieto
Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe
No decía palabras» de Luis Cernuda)

Un año más nos sumamos a la iniciativa del profesor Toni Solano en homenaje a los poetas del 27. En esta ocasión vuelvo con Luis Cernuda y una invitación a leer sus poemas amorosos y eróticos de Los placeres prohibidos. Como  aperitivo os dejo el poema que abre el libro, en el que seguramente quedaréis atrapados con poemas de gran poder subversivo y expresivo como «Qué ruido tan triste», «No decía palabras», «Si el hombre pudiera decir», «Unos cuerpos son como flores» o «Te quiero».




DIRÉ CÓMO NACISTÉIS
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
Como nace un deseo sobre torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel descolorida,
Noche petrificada a fuerza de puños,
Ante todos, incluso el más rebelde,
Apto solamente en la vida sin muros.

Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
Todo es bueno si deforma un cuerpo;
Tu deseo es beber esas hojas lascivas
O dormir en esa agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.

No importa la pureza, los dones que un destino
Levantó hacia las aves con manos imperecederas;
No importa la juventud, sueño más que hombre,
La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
De un régimen caído.

Placeres prohibidos, planetas terrenales,
Miembros de mármol con sabor de estío,
Jugo de esponjas abandonadas por el mar,
Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.

Soledades altivas, coronas derribadas,
Libertades memorables, manto de juventudes;
Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
Es vil como un rey, como sombra de rey
Arrastrándose a los pies de la tierra
Para conseguir un trozo de vida.

No sabía los límites impuestos,
Límites de metal o papel,
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
Adonde no llegan realidades vacías,
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.

Extender entonces una mano
Es hallar una montaña que prohíbe,
Un bosque impenetrable que niega,
Un mar que traga adolescentes rebeldes.

Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
Ávidos dientes sin carne todavía,
Amenazan abriendo sus torrentes,
De otro lado vosotros, placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
Tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.

Abajo, estatuas anónimas,
Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos placeres
Brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo.

2 comentarios:

  1. Gracias por seguir ahí con la poesía en las redes. Un abrazo.

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    1. Gracias a ti por la iniciativa. Siempre es un placer compartir nuestros poetas del 27 con los lectores del blog. ¡Feliz año! Un abrazo.

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