La argumentación es un tipo de discurso mediante el cual el emisor pretende convencer al receptor de sus ideas acerca de cualquier asunto mediante razonamientos y pruebas. En los textos argumentativos la estructura de los contenidos siempre se explica con arreglo a esa intención comunicativa. Aunque hay una gran variedad de estructuras posibles, en todo texto argumentativo se observan dos elementos básicos que deben aparecer siempre: la tesis y el cuerpo argumentativo.
La tesis es la idea que se pretende demostrar con argumentos. No debe confundirse tesis con tema: el tema de un texto puede ser «las nuevas tecnologías en nuestro mundo»; la tesis, en cambio, será determinada opinión del autor sobre este tema, por ejemplo, «la negativa influencia de las nuevas tecnologías en la transmisión de información y la necesidad de una regulación».
El cuerpo argumentativo constituye la argumentación propiamente dicha: la aportación de todo tipo de razonamientos que permiten al autor convencer al destinatario. Estas razones que el autor utiliza para fundamentar su tesis se denominan argumentos y con ellos el autor pretende provocar que el receptor se adhiera de alguna manera a su tesis. Esta adhesión puede ser unas veces intelectual y otras sentimental. Así, distinguimos argumentos racionales y argumentos afectivos. En la presentación que os dejo a continuación se recogen algunos de los argumentos más utilizados frecuentemente.