CURSO

lunes, 4 de febrero de 2013

DIÁLOGO DE SOMBRAS: VALLE-INCLÁN Y GARCÍA LORCA FRENTE A FRENTE

García Lorca, Pura Ucelay y Valle-Inclán 
en el estreno de Yerma (29-12-1934)
El próximo 8 de febrero asistiremos en el Teatro de la Estación a la representación teatral «Diálogo de sombras», que nos recrea un encuentro literario entre los dos grandes autores dramáticos españoles del siglo XX: Ramón del Valle-Inclán y Federico García Lorca. La obra es, como se recoge en el programa,  «una reflexión sobre las luces y sombras de la época que les tocó vivir y morir, un recorrido tragicómico sobre algunos episodios de sus vidas, una reflexión llena de vida y pasión por el teatro, por la palabra y por la poesía».

Acerca de la relación que existió entre ambos autores no se sabe mucho, apenas quedan unos pocos testimonios: la fotografía de ambos que acompaña esta entrada (con Pura Ucelay en el estreno de Yerma), la asistencia de Valle al homenaje a Lorca, la asistencia de Lorca al homenaje a Valle y poco más. 
Tres maestros 
ante el público 
de Buero Vallejo
A García Lorca, que valoraba los esperpentos, se le ha considerado discípulo de Valle, pero unas declaraciones de Lorca matizan todo esto. Antonio Buero Vallejo recogió en su ensayo «García Lorca ante el esperpento» (en Tres maestros ante el público) las opiniones del poeta granadino en 1933 sobre Valle-Inclán: «Detestable. Como poeta y como prosista. Salvando el Valle de los esperpentos, ése sí, maravilloso y genial, todo lo demás de su obra es malísimo. Como poeta es un mal discípulo de Rubén Darío, el grande. Un poco de forma, de color, de humo..., pero nada más. Si se fijan ustedes, toda la Galicia de Valle Inclán, como toda la Andalucía de los Quintero, es una Galicia de primeros términos...: la niebla, el aullido del lobo...». [En este enlace puede leerse la entrevista completa:La crónica de León].
Buero Vallejo llega a una conclusión en dicho ensayo: si bien Lorca valoraba la originalidad de los esperpentos, su teatro buscó una estética bien diferente y, aunque como Valle también cultiva el género de las farsas, se decanta por la tragedia, en la que no existe el distanciamiento del autor con relación a sus personajes, característico del esperpento, y en la que el lenguaje no es grotesco sino esencialmente lírico.

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