CURSO

martes, 28 de febrero de 2017

VAMOS AL TEATRO: «BODAS DE SANGRE» DE FEDERICO GARCÍA LORCA (1)



El próximo viernes 3 de marzo asistiremos a la representación de Bodas de sangre en el Teatro Principal, a cargo de la compañía Teatro del Alma. Enfrascados como estamos en el estudio del teatro español del siglo XX, es buen momento para acercarnos a la obra con más detenimiento.
Bodas de sangre fue estrenada el 8 de marzo de 1933 en el Teatro Beatriz de Madrid. Fue el primer gran éxito de García Lorca como dramaturgo. Fue calificada por el autor como «tragedia» y obedece a su pretensión de cultivar un género que pertenecía a la «tradición de nuestro teatro dramático». Es una tragedia de corte clásico, con escasa importancia del argumento, presencia de un coro que comenta los hechos y donde el fatum o destino trágico arrastra a los personajes. La obra debía formar parte de la Trilogía dramática de la tierra española, que compodrían Bodas de sangre, Yerma y una tercera tragedia, nunca escrita aunque sí pensada en la mente del autor con el título de La destrucción de Sodoma o El drama de las hijas de Loth.
Según confesó el autor, tardó cinco años en componerla: «primero notas, observaciones tomadas de la vida misma, del periódico a veces... Luego, un pensar en torno al asunto. Un pensar largo, constante, enjundioso. Y, por último, el traslado definitivo de la mente a la escena». Bodas de sangre se basó en un hecho real, recogido por la prensa del momento, conocido como el crimen de Níjar. El 23 de julio de 1928 iban a contraer matrimonio, en el pueblo de Níjar, Casimiro Pérez y Francisca Cañada, pero unas horas antes de la ceremonia la novia huyó con Francisco Montes, el hombre al que verdaderamente amaba, que además era su primo. En su huida, de madrugada y a lomos de un caballo, fueron sorprendidos por un hermano de Casimiro, quien mató de cuatro disparos a Francisco Montes para lavar el honor familiar. El suceso tuvo bastante repercusión en su momento y dio lugar incluso a un relato de Carmen de Burgos, Puñal de claveles. Este suceso en García Lorca es la excusa para escribir una tragedia intemporal que supera las coordenadas de la época y mantiene su vigencia por encima de la circunstancia concreta.
El argumento de Bodas de sangre, estructurada en tres actos con siete cuadros en total, es sencillo: dos jóvenes, cuyos personajes no tienen nombre, La Novia y el Novio, conciertan su matrimonio. El día de la boda la Novia vuelve a ver a su antiguo novio, Leonardo, del que siempre estuvo enamorada. Leonardo, ahora casado y con hijos, pertenece a la familia de los Félix enfrentada a la familia del Novio por una antigua rivalidad en la que hubo incluso asesinatos. La Novia y Leonardo huyen la noche de bodas llevados por su pasión. El Novio sale a buscarlos y cuando los encuentra se enzarza en una pelea con Leonardo en la que ambos mueren. La Novia va a casa de la madre del Novio a pedirle que le quite la vida. La mujer, que había perdido a su marido y otro hijo en el antiguo litigio con los Félix, se encuentra desolada y es incapaz de hacer nada.
Los personajes no tienen nombre, sólo apelativos genéricos, excepto Leonardo, que es el detonante de la tragedia. García Lorca no busca que se vean como seres individualizados sino como símbolos de las pasiones amorosas más instintivas y primarias y como ejemplos de las formas de vida en un mundo rural.
La Novia, el Novio, la Madre (que es la madre del Novio) y el Padre de la Novia, junto con el propio Leonardo son los personajes principales.
La Novia se debate entre la pasión y la honra, igual que otras mujeres lorquianas. Su desorientación vital queda manifiesta desde el principio de la obra.
El Novio, como la Novia, está vinculado a la tierra, pero es mucho más pasivo que esta pues la Madre ejerce sobre él un dominio casi total. Representa la violencia de la venganza y de la honra.
Leonardo representa el símbolo de la pasión desenfrenada. Es quien desencadena la tragedia, como queda dicho, aunque el autor quiso desvincular la idea de culpa de todos los personajes. Desde el principio se relaciona con el caballo, símbolo de libertad y muerte, como él mismo.
La Madre se presenta como el personaje que más va a sufrir la tragedia de la boda. No olvida el pasado y en cada una de sus palabras late la venganza. El odio de la venganza acabará por convertirse en resignación de la tragedia al final de la obra.
El Padre es el campesino dominado por el afán de posesión de la tierra que también forma parte de su destino.
Personajes secundarios son la Mujer de Leonardo, su suegra, la criada, la vecina, los leñadores (que coinciden con la función del coro en la tragedia griega) y los mozos del pueblo. Personajes simbólicos son La Luna, presentada en un leñador con la cara blanca, y La Muerte, que aparece como una mendiga y acompaña al Novio cuando sale desesperado detrás de los amantes huidos.
Bodas de sangre aborda distintos temas, ingredientes de la tragedia y obsesiones del autor. Es la tragedia del amor imposible por causa de las leyes de la honra que los personajes tratan de romper desesperadamente: la pasión desborda las barreras sociales y morales, pero desemboca en la muerte. La vinculación con la tierra, tanto en el sentido de la propiedad como en el sentido mítico de lo ancestral, de nuestro origen y de nuestro final, marca a todos los personajes de la obra. Relacionada con la fuerza atávica de la tierra, la antítesis entre amor y muerte se resuelve de forma trágica, cuando la sociedad considera culpables a los que rompen las convenciones sociales. La muerte es el justo castigo para la sociedad, pero es la inmersión en la eternidad para los amantes. La venganza y la muerte también se vinculan con la tierra y la fuerza de la honra se transformará en muerte tras la huida de la Novia.
Bodas de sangre, escrita en verso y prosa,  es una de los títulos más importantes de nuestro teatro poético, alejado del teatro realista que tanto gustaba en la época. El empleo de los símbolos es el rasgo formal más característico de la obra. Los símbolos lorquianos aparecen tanto en forma de personajes (La Luna y La Mendiga) como en objetos o decorados. Destacan por encima de todos el caballo, que simboliza la atracción sexual y que lleva a los jinetes a la muerte, y el cuchillo o la navaja, que esconde siempre un sentido ceremonial de la muerte porque implica el derramamiento de sangre. 
Bodas de sangre, después de la lectura de Romancero gitano este curso y de la lectura de La casa de Bernarda Alba en 4º de ESO, es la obra que nos ayudará a entender cabalmente el mundo poético y teatral de García Lorca.

martes, 21 de febrero de 2017

ROSA MONTERO Y LA MAGIA DE LA LITERATURA

El próximo 2 de marzo visita el Club de Lectura de nuestro instituto la escritora y periodista Rosa Montero. Todo un lujo para los amantes de la lectura. 
Para los que no conozcáis mucho a esta autora podéis leer los artículos que publica en El País o alguna de sus novelas, por ejemplo, la última que ha publicado y sobre la que hablaremos en el Club, La carne.
Por mi parte, he querido seleccionar un artículo que escribió hace un año hablando de la especial relación con los libros que ha tenido a lo largo de su vida y de lo que significa la lectura para ella. Ojalá os sintáis identificados con sus palabras, porque «leer te hace inmortal».

Más fuertes y mejores


Mientras escribo estas líneas, puedo ver junto a mí los desalentadores montoncitos de libros que se empiezan a acumular, como torres truncadas, en el suelo de mi despacho. Ya no me caben en las baldas y no sé dónde meterlos. Aunque hace ya mucho que perdí el respeto reverencial a los libros y, después de leerlos, suelo desprenderme de la mayoría, la cantidad de volúmenes que tengo crece como la espuma, porque me regalan muchos y, mea culpa, sigo comprando bastantes (menos mal que existen las versiones electrónicas). A veces pienso que se están convirtiendo en una especie de virus invasor y hasta llego a detestarlos durante unos instantes. Luego, claro, se me pasa corriendo. ¿Qué haría yo sin libros? Son y siempre han sido mi mejor amuleto ante los desasosiegos de la vida. En el dolor, en la ansiedad, en las esperas y las desesperaciones, si cuentas con una buena lectura estás al menos en parte protegido. Recuerdo perfectamente las obras que leí en algunos momentos especialmente penosos; en enfermedades propias, por ejemplo, o en esperas hospitalarias de enfermedades ajenas. Son libros que me ayudaron a atravesar esos tiempos oscuros, los estrechos desfiladeros de la vida; a decir verdad, pienso en ellos como si fueran mis amigos.

Sé, por otra parte, que esto que me sucede a mí le ocurre a muchos. El grupo editorial italiano Mauri Spagnol y el Centro de Estudios de Mercado y Relaciones Industriales de la Universidad de Roma publicaron hace poco los resultados de una investigación curiosísima: estudiaron si la lectura tiene algún efecto en el bienestar de las personas. Tomaron una muestra de 1.100 individuos, los dividieron en dos grupos, lectores y no lectores, y les aplicaron tres conocidos protocolos para calibrar el índice de satisfacción con la vida, según la autovaloración de los sujetos. En una escala del uno, lo peor, al diez, lo mejor, los 1.100 individuos se dieron, como media, una nota de felicidad por encima del siete. Esto ya es sorprendente en sí, o al menos a mí siempre me sorprende que, cuando le pides a la gente que puntúe su nivel de felicidad, todos los estudios suelen dar unas notas bastante altas, de notable para arriba. Y es que el ser humano es una criatura vitalista, adaptativa y tenaz. Pero lo novedoso de esta investigación es que los lectores superaron a los no lectores en todos los apartados por cerca de medio punto: se sentían más dichosos y experimentaban más a menudo emociones positivas. Resumiendo: parece que leer te ayuda a ser más feliz. Cosa que desde luego no me extraña.




Siempre me han dado pena las personas que no leen. Y no porque sean más incultas y menos libres, aunque es bastante probable que sea así. No, las compadezco porque creo que viven mucho menos. Leer es entrar en otras existencias, viajar a otros mundos, experimentar otras realidades. Y además, ¡qué inmensa soledad la de quien no lee! Porque la literatura nos une con el resto de los habitantes de este planeta, nos hermana con la humanidad entera, más allá del tiempo y el espacio. Podemos experimentar las mismas emociones que un escritor inglés del siglo XVI o que una autora contemporánea de la remota Nueva Guinea. Y al fundirnos con los demás, al salir de nosotros mismos, salimos también por un instante de nuestra muerte, que nos espera enroscada en la barriga. Leer te hace inmortal.

Hay dos fotos antiguas en blanco y negro que me parecen maravillosas y que son un ejemplo de esa fuerza benéfica de la literatura. Una es de André Kertész y muestra una ancianita en camisón sentada en una cama de madera, un mamotreto viejo con dosel. La instantánea fue tomada en el asilo de Beaune (Francia) en 1929, así que la mujer era una asilada, probablemente sola, enferma y pobre, una vieja sitiada por la muerte. Pero tiene un libro en las manos y está embebida en él. Lee, de perfil, con serena y perfecta placidez. Qué invulnerable se la ve, protegida por el gran talismán de la lectura. Toda ella luz dentro del barquito de su cama en mitad de un océano de tinieblas.

La otra foto es bastante conocida: la biblioteca de Holland House, en Londres, tras los bombardeos de 1940. El techo del edificio se ha derrumbado pero las paredes, repletas de libros, se mantienen en pie. Aquí y allá hay tres hombres con abrigo y sombrero que, subidos a la inestable pila de escombros, miran los lomos de las estanterías u hojean algún volumen. A mí esta foto siempre me ha parecido un emblema de la esperanza, de la capacidad de supervivencia de los humanos. En lo más aterrador de la pesadilla nazi, cuando parecía que el infierno triunfaba, esos hombres buscaban en la hermandad lectora con el resto de la humanidad las fuerzas suficientes para seguir resistiendo. Esta es la magia de la literatura: nos hace ser más fuertes y mejores.

lunes, 20 de febrero de 2017

VALLE-INCLÁN HABLA SOBRE EL TEATRO DE SU TIEMPO

Valle-Inclán en 1911.
[Fotografía de Pablo Audouard]
Las palabras de Valle-Inclán servirán en esta ocasión para adentrarnos en el teatro español del siglo XX. Su afán renovador chocó con los gustos del público burgués de principios de siglo, como ya habíamos leído en una entrada anterior del blog. Su nueva concepción del espectáculo teatral hizo que muchas de sus obras no se representaran en su época, pero esto no ha sido obstáculo para que hoy sea considerado como uno de los grandes renovadores del teatro mundial del siglo XX. Las palabras de Valle-Inclán no difieren mucho de las que ya habíamos oído en boca de García Lorca también en el blog.

  • Las primeras declaraciones de Valle-Inclán que recogemos fueron transcritas por «El caballero audaz» (pseudónimo del novelista Jose María Carretero) en 1922.

«Si Lope de Vega viviese hoy, lo más probable es que no fuese autor dramático, sino novelista. ¡Habría que oír al «Fénix» cuando los empresarios le hablasen de las conveniencias de escribir manso y pacato para no asustar a las niñas del abono!... El autor dramático con capacidad y honradez literaria hoy lucha con dificultades insuperables, y la mayor de todas es el mal gusto del público. Fíjese usted que digo el mal gusto y no la incultura. Un público inculto tiene la posibilidad de educarse, y esa es la misión del artista. Pero un público corrompido con el melodrama y la comedia ñoña es cosa perdida. Vea usted el público de la Princesa».

«Yo no soy autor, abastecedor de esos teatros que usted dice existen; yo no soy empresario; yo no soy actor ni espectador. De modo y manera… ¿Qué podré decirle a usted sobre esa crisis del Teatro…? ¡Ah! Sí. Ahora recuerdo que en ya muy lejanos días estrené… Mas de mi aprecio profesional a aquel estreno le diré el detalle de que cuando la obra se editó yo no puse, yo no hice ni la más leve mención de que aquella obra de lectura había sido obra de teatro, se había representado en las tablas escénicas».

Afirma después Valle-Inclán que él no va a los teatros  y que prefiere los locales de «varietes». Además, también se considera un apasionado del cine. Y del cine dice:

«Ese es el Teatro nuevo, moderno. La visualidad. Más de los sentidos corporales; pero es arte. Un nuevo Arte. El nuevo arte plástico. Belleza viva. Y algún día se unirán y completarán el Cinematógrafo y el Teatro por antonomasia, los dos Teatros en un solo Teatro. Y entonces se podrá concurrir, perder el tiempo en el Teatro».
  • Las declaraciones siguientes aparecieron publicadas en la revista Luz en 1933. Esta es la respuesta a la pregunta de cómo debería ser el teatro español:
«El nuestro, como ha sido siempre: un teatro de escenarios de numerosos escenarios. Porque se parte de un error fundamental, y es éste: el creer que la situación crea el escenario. Eso es una falacia, porque, al contrario, es el escenario el que crea la situación. Por eso el mejor autor teatral será siempre el mejor arquitecto. Ahí está nuestro teatro clásico, teatro nacional donde los autores no hacen más que eso: llevar la acción sin relatos a través de muchos escenarios».

«El teatro ha de conmover a los hombres o divertirles; es igual. Pero si se trata de crear un teatro dramático español, hay que esperar a que esos intérpretes, viciados por un teatro de camilla casera, se acaben. Y entonces habrá que hacer un teatro sin relatos, ni únicos decorados; que siga el ejemplo del cine actual, que, sin palabras y sin tono, únicamente valiéndose del dinamismo y la variedad de imágenes, de escenarios, ha sabido triunfar en todo el mundo…»

[Los textos están entresacados del libro Literatura española de los maestros Fernando Lázaro Carreter y Vicente Tusón, que a su vez los tomaron del libro de José Esteban, Valle-Inclán visto por...]

miércoles, 15 de febrero de 2017

REPASO DE LAS FUNCIONES SINTÁCTICAS

Os dejo la presentación de la unidad El sintagma. Las funciones sintácticas, que hemos estado trabajando estos días en clase.


Es un repaso general de lo visto en ESO, pero que trata de afinar en las cuestiones que presentan más dificultad en el análisis sintáctico. Ese es el motivo por el que la he preparado para este curso. Ahora toca practicar, realizar y corregir todos los análisis que se han propuesto en clase. Después, si sois capaces de responder bien a estas veinte preguntas, ya estaréis preparados para afrontar el análisis sintáctico de las oraciones compuestas.
  1. ¿Lleva el sujeto preposición?
  2. ¿Solo hay sujetos agentes y pacientes?
  3. ¿Cómo concuerda el sujeto con el verbo si es un nombre colectivo?
  4. ¿Hay complementos directos reduplicados?
  5. ¿Es el mismo pronombre el que sustituye al atributo y al complemento directo?
  6. ¿Todos los verbos transitivos admiten transformación en voz pasiva?
  7. ¿Cómo reconozco el complemento directo si soy leísta?
  8. ¿Hay complementos indirectos con la preposición para?
  9. ¿Puede reduplicarse un complemento indirecto?
  10. ¿Qué es un dativo ético o expletivo?
  11. ¿Qué son las oraciones ecuativas o ecuacionales?
  12. ¿Cómo diferenciamos si un sintagama adverbial o un sintagma preposicional es un complemento circunstancial o un complemento oracional?
  13. ¿Qué son los complementos adverbiales?
  14. ¿Hay complementos predicativos desempeñados por sintagmas preposicionales?
  15. ¿Pueden ser las formas no personales del verbo complementos predicativos?
  16. ¿Son incompatibles el complemento directo y el complemento de régimen?
  17. ¿Son argumentales los complementos de régimen?
  18. ¿Puede ser un sintagma adverbial complemento predicativo?
  19. ¿El vocativo es una función sintáctica de la oración?
  20. ¿Qué función sintáctica hacen los marcadores discursivos o textuales?

martes, 14 de febrero de 2017

SONETOS DE AMOR

Si el amor es uno de los temas centrales de la lírica, el soneto es, quizás, la composición predilecta de los poetas, la joya de más dificil elaboración pero la más deslumbrante. En esta pequeña publicación recojo alguno de los grandes sonetos de amor de nuestra literatura castellana, desde Garcilaso de la Vega a Ángel González, pasando por Góngora y Quevedo, y por Machado y García Lorca. Una lectura muy apropiada para un día como hoy... o para cualquier otro. En los comentarios podéis elegir el que más os gusta o proponer nuevos sonetos de amor.

viernes, 10 de febrero de 2017

GREGUERÍAS PARA LEER... Y PARA ANALIZAR

Os dejo unas cuantas greguerías de Ramón Gómez de la Serna para leer y también para analizar sintácticamente. Siempre es aconsejable entender bien el significado del enunciado que vamos a analizar para no tropezar en el desarrollo del ejercicio; así que, antes de lanzaros al análisis,  hay que conectar con el personalísimo humor de este genial escritor que hace ahora un siglo alumbró estas originales composiciones.

El sueño es un pequeño adelanto que nos hace la muerte para que nos sea más fácil pasar la vida.
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El cepillo es un milpiés que se escapa siempre del sitio en que debía estar.
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Es conmovedor en las óperas ver que cuando lloriquea la que canta todo el coro la consuela.
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Era tan pulcro aquel verdugo que desinfectaba la guillotina antes de cortar la cabeza de la víctima.
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En las huellas digitales está ya el laberinto del crimen, pero falta quien las sepa descifrar antes de que sea irreparable.
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Metía tal escándalo con su calva que se enteraba todo el mundo de que había llegado.
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El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales.
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Los animales de la selva, cuando hablan de los que están en los parques zoológicos, los llaman despectivamente «burócratas».
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A los pintores les preocupa mucho poner la pinta blanca que hace que los ojos miren con amistad o con enemistad.
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Se ve claramente la hipocresía humana cuando el que estaba furibundo o la que estaba furibunda tiene que atender al teléfono y se llena de amabilidad.
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Lo peor de la ambición es que no sabe bien lo que quiere.
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Estaba tan loco que el sastre le preguntó, al hacerle el chaleco, si se lo hacía con mangas largas.
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Hay dos tipos humanos diametralmente opuestos: los que piden sopa siempre y los que no la toman nunca.
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Hay un momento en que el astrónomo debajo del gran telescopio se convierte en microbio del microscopio de la luna, que se asoma a observarlo.