miércoles, 29 de febrero de 2012

MALDITOS, BOHEMIOS, DANDIS, DECADENTES

Henri Fantin-Latour,  "Un Coin de table" 
[Verlaine y Rimbaud a la izquierda] 
Fruto de su raíz romántica, muchos artistas de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX rechazaron las normas y convenciones sociales de la época, desarrollaron nuevas y originales formas de expresión que no fueron entendidas por el público del momento, cultivaron la estética del perdedor y llevaron un estilo de vida bohemio: Paul Verlaine los llamó  los poetas malditos.
La bohemia como fenómeno sociológico nació en el Barrio Latino de París durante el periodo romántico. Bohemia no significa tanto una forma de vida como una manera de ser artista. La bohemia es el aprendizaje de la vida artística. El bohemio tiene como norte el sentido artístico de la vida, dedica su vida a la Religión del Arte y desea formar una sociedad bohemia en donde poder vivir colectivamente la pasión del arte.
Ramón Mª del Valle-Inclán
La actitud antiburguesa y las posturas inconformistas y de protesta caracterizan el talante del bohemio. Muestran su odio a la burocratización de la vida, a la uniformidad social y a la mercantilización del arte. Los bohemios desprecian igualmente la moral burguesa (orden, familia, religión,…) y el código estético de la burguesía (el Realismo sin sensibilidad ni imaginación).
La actitud de rebelión de los bohemios se manifiesta en la enajenación voluntaria (a través de los paraísos artificiales de las drogas o el alcohol, del sexo o del arte), en la adopción de la estética del perdedor y del maldito y en la oposición a vender su arte y su talento. Además, los bohemios crearon una jerga propia que aunaba los vocablos del “argot golfo”, una ironía ácida y corrosiva, las paradojas, las ocurrencias mordaces y provocativas y gran cantidad de expresiones literaturizadas. Para saber más de la bohemia, tan certereramente retratada por Valle-Inclán en Luces de bohemia, puedes consultar este enlace: bohemia literaria española
Ser dandi a finales del siglo XIX era también una manera de despreciar el gusto del vulgo, de manifestar una inclinación por lo refinado, lo elegante y lo original y de mostrar insatisfacción hacia todo lo que ofrecía la prosaica realidad.
Malditismo, bohemia y dandismo se entrecruzan en gran parte de los más geniales escritores de la época: desde Baudelaire y Rimbaud hasta Rubén Darío y Valle-Inclán. Todos ellos beben de la estética del Decadentismo, que representa una nueva sensibilidad que se siente atraída por lo excitante y lo oscuro ("la carne, la muerte y el diablo" es su lema) y una radical insatisfacción con la realidad.