martes, 31 de enero de 2012

EL MODERNISMO: LA BÚSQUEDA DE UN ARTE NUEVO

El beso de Gustav Klimt
El Modernismo [en arte: Art Nouveau en Francia, o Modern Style en los países anglosajones; en la literatura europea: simbolismo y decadentismo] reacciona a finales del siglo XIX contra el Realismo. No pretende imitar la realidad (a la que rechaza por su materialismo y su vulgaridad), sino que busca crear un universo imaginario, caracterizado por la belleza, la sensualidad y el exotismo. A esta rebeldía estética se une muchas veces una rebeldía ideológica contra los valores burgueses.

Las piedras preciosas de   Alfons Mucha
Los modernistas entroncan con el Romanticismo: dan gran valor a lo subjetivo y lo fantástico. El intimismo romántico se manifestará en la expresión de sentimientos como la melancolía, el hastío vital, la angustia o el desencanto. Como los románticos buscarán la evasión de la realidad que les rodea:  sus obras se ambientan en otras épocas, en lugares exóticos, en ciudades decadentes.

El Modernismo se define igualmente por el deseo de perfección formal y de armonía en la obra artística. Los creadores modernistas buscan un arte exquisito, refinado, sugerente, evocador. El gusto por  lo decorativo y lo ornamental de los modernistas se aprecia igual en un poema que en una joya, en un cartel que en una escalera, en un cuadro que en una farola.


En este vídeo encontrarás una introducción a esta nueva forma de hacer arte.

En el siguiente enlace está la presentación que se pasa en clase sobre EL MODERNISMO LITERARIO EN ESPAÑA.
Como aperitivo a la literatura modernista este poema de Rubén Darío, el padre del Modernismo:
LO FATAL
            Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
            Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror.
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
            lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...